sábado, 8 de septiembre de 2007

La pura y santa Verdad


Personalmente nunca he creído ese razonamiento que dice que la verdad es relativa, que nadie es dueño de la verdad absoluta. Casi todos creen que así es.

Como concepto, la verdad no es como la belleza. Esta última sí que es subjetiva y depende de los ojos con que se mire. La Verdad, por definición, es precisamente eso, una verdad, lo contrario de una falsedad o algo erróneo. Por lo tanto, es única e identificable en la mayoría de los casos. Tampoco es un dogma, ya que por los atributos antes expuestos, La Verdad por sí sola tiene sustento, defensa y no necesita de adherentes para ser validada.

Ahora, ciertamente que se puede dudar de algunas verdades en las que uno cree. Y desde cierto punto de vista probablemente esto sea un ejercicio sano, porque las experiencias, conocimientos o sucesos pueden llevar a fortalecer dichas verdades o simplemente darnos cuenta de que no eran tales. Pero si ocurre lo segundo, lo lógico sería abrazar esta nueva verdad, que racionalmente destruye la anterior y armoniza con todo lo demás. Filosofar en el azaroso camino intermedio no tiene sentido.

No sé si este artículo debe permanecer en este blog. Es una abierta reflexión en una fría noche de invierno, mientras mi clan duerme.

No hay comentarios: