Un viejo cuento popular señala que para hacer mover a un burro no basta solamente con golpearlo con un garrote. Resulta más efectivo si, además, existe el incentivo para hacerlo: una zanahoria.
La motivación está estrechamente relacionada con el incentivo. De hecho, directa o indirectamente, todas las teorías relativas a esta materia incorporan la “zanahoria” en sus análisis. Incluso más: un destacado economista señaló que si tuviera que definir la palabra economía en un solo concepto, éste sería incentivos.
Se plantea que donde la zanahoria ejerce un mayor poder es en los incentivos no monetarios. Un bajo salario, por ejemplo, puede ser un factor que desmotiva, pero no necesariamente logra el efecto contrario si éste se corrige (factores “higiénicos” lo llaman algunos), especialmente en trabajos con mayor grado de calificación.
En efecto, perfectamente se podría dar que al despejar todos los factores higiénicos, el desempeño mejore, pero no lo esperado. Incluso se podría llegar a tener la paradójica situación que el burro tenga más zanahorias que otro similar de algún corral vecino (léase empresa equivalente), pero aún así no se mueva. En la práctica, también es necesario el olvidado garrote, bajo la forma de temor saludable a no hacer bien las cosas, que implique un adecuado control y medición de desempeño con sus respectivas consecuencias: "Tequel".
La motivación está estrechamente relacionada con el incentivo. De hecho, directa o indirectamente, todas las teorías relativas a esta materia incorporan la “zanahoria” en sus análisis. Incluso más: un destacado economista señaló que si tuviera que definir la palabra economía en un solo concepto, éste sería incentivos.
Se plantea que donde la zanahoria ejerce un mayor poder es en los incentivos no monetarios. Un bajo salario, por ejemplo, puede ser un factor que desmotiva, pero no necesariamente logra el efecto contrario si éste se corrige (factores “higiénicos” lo llaman algunos), especialmente en trabajos con mayor grado de calificación.
En efecto, perfectamente se podría dar que al despejar todos los factores higiénicos, el desempeño mejore, pero no lo esperado. Incluso se podría llegar a tener la paradójica situación que el burro tenga más zanahorias que otro similar de algún corral vecino (léase empresa equivalente), pero aún así no se mueva. En la práctica, también es necesario el olvidado garrote, bajo la forma de temor saludable a no hacer bien las cosas, que implique un adecuado control y medición de desempeño con sus respectivas consecuencias: "Tequel".