La “crisis” se hace presente afectando una variable clave de la economía: el empleo. Durante el primer trimestre del año, la tasa de desempleo en Chile alcanzó el 9,2%, superior a la del trimestre móvil anterior y a la de similar período del año pasado.
Comentarios y análisis tanto de dichas cifras como de las que están por venir -que se esperan sean algo peores- no serán escasos, y quizás la tónica general sea de pesimismo. Es que no hay de qué ponerse contento.
Cierto, pero resulta interesante considerar lo que ha pasado con el 90,8% restante -la cantidad de ocupados- y su ingreso medio. Tomemos como referencia dos momentos en el tiempo: septiembre 2008 (antes de la crisis) y febrero 2009 (en plena crisis). En estos cinco meses la cantidad de ocupados disminuyó en 28.433 personas (-0,4%, desde 6.635.930 a 6.607.500 personas); por su parte, el índice real de remuneraciones promedio creció un 4,6% en similar período. Es decir, el PxQ -o ingreso total promedio de los ocupados como un todo- experimentó un crecimiento real de 4,2% en estos cinco meses. Si se realiza el mismo ejercicio en comparación con el primer trimestre del año anterior, el PxQ del primer trimestre de este año es superior en un 1,5% real. De Ripley, aunque Ud. no lo crea.
La cantidad de ocupados y el índice de remuneraciones son datos absolutos, puros, que no tienen las distorsiones propias de la tasa de desempleo, cuociente formado por dos variables que están en constante movimiento -la cantidad de desocupados y la fuerza laboral-, donde especialmente el denominador está sujeto a discusión, porque no cuenta a todos los que “deberían” formar parte de él. ¿O Ud. cree que en el trimestre anterior, cuando el desempleo fue de 8,5% en Chile, estábamos igual que en Estados Unidos, que registró la misma tasa? Ambas cifras no son comparables a secas. Evidentemente que nuestra tasa de desempleo “correctamente” medida arrojaría una cifra que superaría el 20%... y en eso la crisis no tiene nada que ver, tampoco la gripe porcina.
El análisis PxQ será incluso más benevolente cuando hagamos una comparación un año después de la crisis. Los precios normalizados de la energía y los alimentos van directamente al bolsillo de la Sra. Juanita. Este mayor ingreso real, traducido en un mayor gasto, sin duda que será uno de los motores de la recuperación. De hecho, las últimas cifras del producto en Estados Unidos destacan la brusca caída en los inventarios y el aumento en el gasto.
Así, en los próximos meses las buenas noticias vendrán por el lado del consumo, del precio de los commodities y de los frutos de la maquinita de hacer dinero… una recuperación en forma de V –y no en forma de U- hacia fines de año.
Comentarios y análisis tanto de dichas cifras como de las que están por venir -que se esperan sean algo peores- no serán escasos, y quizás la tónica general sea de pesimismo. Es que no hay de qué ponerse contento.
Cierto, pero resulta interesante considerar lo que ha pasado con el 90,8% restante -la cantidad de ocupados- y su ingreso medio. Tomemos como referencia dos momentos en el tiempo: septiembre 2008 (antes de la crisis) y febrero 2009 (en plena crisis). En estos cinco meses la cantidad de ocupados disminuyó en 28.433 personas (-0,4%, desde 6.635.930 a 6.607.500 personas); por su parte, el índice real de remuneraciones promedio creció un 4,6% en similar período. Es decir, el PxQ -o ingreso total promedio de los ocupados como un todo- experimentó un crecimiento real de 4,2% en estos cinco meses. Si se realiza el mismo ejercicio en comparación con el primer trimestre del año anterior, el PxQ del primer trimestre de este año es superior en un 1,5% real. De Ripley, aunque Ud. no lo crea.
La cantidad de ocupados y el índice de remuneraciones son datos absolutos, puros, que no tienen las distorsiones propias de la tasa de desempleo, cuociente formado por dos variables que están en constante movimiento -la cantidad de desocupados y la fuerza laboral-, donde especialmente el denominador está sujeto a discusión, porque no cuenta a todos los que “deberían” formar parte de él. ¿O Ud. cree que en el trimestre anterior, cuando el desempleo fue de 8,5% en Chile, estábamos igual que en Estados Unidos, que registró la misma tasa? Ambas cifras no son comparables a secas. Evidentemente que nuestra tasa de desempleo “correctamente” medida arrojaría una cifra que superaría el 20%... y en eso la crisis no tiene nada que ver, tampoco la gripe porcina.
El análisis PxQ será incluso más benevolente cuando hagamos una comparación un año después de la crisis. Los precios normalizados de la energía y los alimentos van directamente al bolsillo de la Sra. Juanita. Este mayor ingreso real, traducido en un mayor gasto, sin duda que será uno de los motores de la recuperación. De hecho, las últimas cifras del producto en Estados Unidos destacan la brusca caída en los inventarios y el aumento en el gasto.
Así, en los próximos meses las buenas noticias vendrán por el lado del consumo, del precio de los commodities y de los frutos de la maquinita de hacer dinero… una recuperación en forma de V –y no en forma de U- hacia fines de año.
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