http://m.elmostrador.cl/mercados/2018/01/26/retail-actual-podra-sobrevivir-a-la-revolucion-tecnologica/
Existe, a esta altura, una cierta coincidencia respecto de los efectos que la llamada Cuarta Revolución Industrial ha tenido –y sobretodo, tendrá- en el comportamiento social. Es tal el grado en cómo la Revolución Tecnológica ha afectado la vidas de las personas que, por ejemplo, es un pilar esencial en la estrategia de las empresas, entre las que se destaca el retail tradicional.
Existe, a esta altura, una cierta coincidencia respecto de los efectos que la llamada Cuarta Revolución Industrial ha tenido –y sobretodo, tendrá- en el comportamiento social. Es tal el grado en cómo la Revolución Tecnológica ha afectado la vidas de las personas que, por ejemplo, es un pilar esencial en la estrategia de las empresas, entre las que se destaca el retail tradicional.
Las inversiones de los retailers están robusteciendo su
presencia omnicanal, con gran
despliegue de inteligencia artificial y logística, con el fin de adaptarse a
este cambio, que incluye la amenaza de peces gordos de nivel mundial. Se
piensa, a juzgar por las declaraciones de los ejecutivos, que tal amenaza sería,
en cierto modo, “manejable”. Incluso más, se minimiza o habría una exagerada
tranquilidad. Un ejemplo: ante la evidencia de que en EE.UU. hay menos malls, la respuesta conjunta es que en
Chile aún estamos atrasados respecto de la penetración de los centros
comerciales que posee EE.UU. y, además, los centros comerciales en Chile tienen
formatos diferentes y están ubicados en forma más integrada con la población.
Resumen, habría un aaamplio margen
todavía en Chile para crecer.
¿Y si no es así? ¿Y si este es el
caso en que el retail como lo
conocemos hoy tiene fecha de vencimiento? Quizás no existe parámetro histórico
para comparar la magnitud del cambio que esta revolución –en pleno desarrollo-
ha tenido/tendrá en la sociedad. Si nos atrevemos a compararla con el efecto
que tuvo el automóvil en la industria de las carretas, la conclusión sería
alarmante. No habría parche que solucione un problema mayúsculo. No se trataría
de un problema de “adaptación”.
El “problema” de esta destrucción
creativa es, en términos de la teoría económica, el reemplazo de la función de
producción. Es decir, la forma de la operación del retail tradicional quedaría obsoleta, no susceptible de ser
parchada: ¿Amalgama entre tecnología en sus diferentes ámbitos con altísimos
costos fijos que tiene el modelo presencial? ¿Quién va a replicar un retail
tradicional e invertir hasta miles de millones de dólares (valor libro de
varios) en bloques de cemento, decenas de tiendas, personal administrativo y
vendedores? ¿Quién va a invertir en carretas?
Ante un futuro del retail, a lo menos, incierto, debería
hacernos pensar en los siguientes puntos. Puntos en los cuales, al parecer,
hasta ahora no forman parte del análisis convencional:
Primero: Ciclo de vida de las empresas y valoración de empresas. Ninguna
empresa está inmune a la revolución tecnológica que estamos viviendo. Ni
siquiera se puede asegurar si estarán vivas las actuales empresas triple A en 5
ó 10 años más. Por lo tanto, el ciclo de vida de las empresas se redujo
dramáticamente y, por supuesto, también el horizonte de estimación de flujos de
la empresa y los múltiplos de valorización utilizados (¿perpetuidad final?
Cero).
Segundo: Costo de Reposición y valoración de empresas. ¿Cuánto cuesta rehacer
desde cero una empresa con nuevas tecnologías y entregar el mismo o incluso
mejor servicio? Si la nueva función de producción -sin las actuales estructuras
pesadas de costos fijos y a costos variables que son una fracción de los hoy
vigentes - no da lugar para “adaptaciones”, se podría replicar la empresa, a lo
más, invirtiendo un monto equivalente al capital contable. En consecuencia, el
precio de la acción de las actuales empresas estaría caro. ¿Qué justificaría el
excesivo precio de la acción? ¿La “marca”, la cartera de clientes y/o la
gestión? ¿O será “aire”, ceguera, poca competencia efectiva, o combinación de
todas las anteriores?
Tercero: Plazo de deuda. Consecuencia de los dos puntos anteriores, la
emisión de deuda pública a plazos muy largos debería ser una alerta. ¿Se están
evaluando bien los riesgos al emitir bonos a más de 10 años? No me refiero al
emisor; el problema es para los que compran estos bonos que rinden tasas muy
discretas, con platas de otros (AFP y Compañías de Seguros de Vida); el
problema es para quienes permiten que se emitan estos bonos a plazos que en
este mundo vertiginoso son de muy muy largo plazo.
Cuarto: ¿Seguirán habiendo malls?
Sí, pero no a las rentas actuales. La readaptación de los malls actuales (ya se habla
de grandes centros de reunión social) tendrá como resultado márgenes más
estrechos. Y márgenes más estrechos junto con múltiplos de valoración más
conservadores producto de la mayor obsolescencia económica-tecnológica da como
resultado una valor de empresa mucho menor al actual. ¿Se seguirán construyendo
malls? Algunos siguieron construyendo
carretas cuando apareció el automóvil…
Quinto: Retail puro. Sabemos
que el retail puro margina poco. La
verdadera fuente de ingresos está en el negocio financiero. Los márgenes del retail serán aún más estrechos.
¿Pérdidas subsidiadas por el negocio financiero? En un escenario sin tantas
imperfecciones de mercado, el veranito de San Juan podría durar poco.
Si este relato tiene alguna
probabilidad de ocurrir, revise y ajuste sus proyecciones e inversiones.
Iván Rojas B.
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