https://www.elmostrador.cl/destacado/2020/10/14/pensiones-una-propuesta-para-retirar-las-rentas-vitalicias/
En el marco del debate del retiro
de fondos destinados a las pensiones, y particularmente de la arista sobre el
retiro de recursos de rentas vitalicias (RV), el Presidente de la Comisión para
el Mercado Financiero (CMF) expuso recientemente
en la Cámara de Diputados la imposibilidad e inconvenientes que
tendría una medida como ésta. En esencia, los dos argumentos para oponerse a
esta iniciativa son los siguientes:
·
Primero, se afectarían las características
centrales de las RV (DL 3500): cuando una persona se pensiona por RV, a
diferencia de la opción retiro programado, estos fondos no quedan bajo
administración por cuenta del pensionado, sino que son traspasados desde la AFP
a la compañía de seguros, la cual le promete, como contraprestación, pagar una
RV. Así, los fondos pasan a ser de propiedad de la compañía de seguros.
· Segundo, habría un impacto en la solvencia de las
compañías de seguros. De aprobarse esta iniciativa, "el concepto implícito
no es de un retiro de fondos sino más bien de un anticipo de flujos de futuras
pensiones que, naturalmente, impactarán en las pensiones de los pensionados
directamente en función de la cuantía del monto retirado". Dicho anticipo “puede
generar una situación financiera compleja a las compañías que ofrecen RV, que
termine debilitando su capacidad de pagar el diferencial de pensiones de RV
restante tras el retiro”, porque “a diferencia de las AFP, las compañías de
seguro invierten una fracción importante de sus recursos en activos ilíquidos
de largo plazo, (…) para respaldar un flujo mensual predeterminado de RV”. Entonces,
“al forzar a las compañías a vender activos para permitir el adelanto
mencionado de cada pensionado, en un plazo breve, podría generar fuertes
pérdidas en dicha venta, ampliando riesgos de solvencia”.
¿No se puede? Una propuesta
El mismo mercado de capitales,
que tanto se endiosa, tiene la
capacidad de solucionar este embrollo.
Es cierto que, con la RV, el
pensionado ya no es dueño de sus fondos. Por el contrario, es dueño de una
“cuenta por cobrar” vitalicia, fija en UF. Es portador, por decirlo así, de un
instrumento de renta semi fija, donde la única variable que lo diferencia de un
bono tradicional es el plazo incierto de duración.
Si se permitiera que terceros pudiesen
comprar este bono con cupones mensuales fijos de plazo incierto, se le haría
mercado a este nuevo instrumento y se podría transar. Los riesgos a evaluar,
por parte del comprador, serían la solvencia del pagador (la compañía de
seguro) y la esperanza de vida del pensionado.
Por su parte, el pensionado
podría “descontar” todo o parte de su cuenta por cobrar y hacer caja según sus
necesidades. ¿Por qué debe determinar el burócrata de turno qué es bueno y qué
es malo para el propio pensionado?
Entidades financieras podrían actuar
de intermediarios entre el pensionado y el inversionista comprador del bono, e
incluso podrían agrupar “cupones” de distintos pensionados y hacer una masa
crítica atractiva para los inversionistas.
¿Estará interesado un
inversionista en comprar estos títulos? Debería, por el diferencial de tasas.
Si la TIR del inversionista se ubica entre la
tasa libre de riesgo y la rentabilidad que ofrecen las compañías de seguros
a los pensionados, habría espacio para este nuevo instrumento.
En principio, los costos de
anticipar pagos al pensionado serían:
·
Para el pensionado habrían tres costos directos:
a) La tasa de descuento que aplique el comprador para valorizar el bono,
tendría como consecuencia que éste recibiera un monto menor al “valor par” del
bono; sería la comisión implícita que paga por el anticipo. b) La comisión
directa que le cobre el intermediario por colocar el bono en el mercado. c)
Disminución de la pensión futura, a cuenta de tener plata disponible en el
presente; la magia no existe.
· Para la compañía de seguros: ningún costo
directo. La compañía de seguros seguirá pagando mensualmente de acuerdo a su
presupuesto de caja; su solvencia de primer orden no se alteraría. Como costo
indirecto, probablemente tendrá que procesar más pagos cada mes y diseñar la
logística de ello.
El costo-beneficio económico del
proceso: se crea la instancia de anticipar pagos sin alterar la política de
inversiones ni la solvencia de las compañías de seguros, nace un nuevo
instrumento dentro del abanico riesgo-retorno del mercado de capitales, contra
el costo de un ajuste en la pensión futura.
¿Muy complejo? Se han visto muertos cargando adobes. Dejemos que sea
la gente que decida libremente de acuerdo a sus necesidades, señalándoles los
pro y contra de la medida.
Finalmente, lo que me motiva a
escribir esta columna es que aparte del caso puntual aquí analizado (retirar o
no los fondos), una medida como esta tendría el gran beneficio de corregir en
parte –aunque sea por el lado de los
quesos- una grave situación. En varias ocasiones he manifestado la
situación de insolvencia de las compañías de seguros que venden rentas
vitalicias, a saber, que sus balances no reflejan su verdadero pasivo económico
(la contabilidad les permite, al amparo de la CMF, registrar pasivos
subvalorados). El que exista una alternativa para que los pensionados puedan
anticipar los pagos en el mercado de capitales según la propuesta aquí
señalada, les da a los mismos pensionados una salida antes de que la música
termine y nos demos cuenta de lo evidente: que las compañías de seguros que
venden RV están quebradas.
Iván Rojas B.