https://www.elmostrador.cl/destacado/2020/11/27/sistema-de-capitalizacion-individual-ha-sido-pesado-en-la-balanza-y-hallado-deficiente/
En varias columnas
anteriores he manifestado en forma clara (creo) y con distintos argumentos que
el sistema de capitalización individual no es la solución al problema
demográfico de las pensiones. Fue una buena idea, en el sentido de abordar el
problema del saco roto del sistema de reparto y reemplazarlo por un sistema que
pretendía autofinanciar la pensión con los aportes del propio afiliado. Pero téngase
presente un detallito: fue una buena idea para solucionarle un problema al
Estado y no necesariamente para las finanzas de los pensionados.
Pero aun
considerando que lo anterior era un paso necesario, tampoco había que prenderle
velitas y adorar a la creatura. Se hicieron implícitamente promesas peligrosas,
al hacer cálculos con supuestos irreales y vender una pomada milagrosa a más no
poder. Éramos –para muchos- un digno ejemplo a imitar por el resto del mundo;
el sistema de capitalización fue considerado una exportación de lujo; si hasta
se llegó a comentar en ciertas tertulias una postulación al premio Nobel, si
mal no recuerdo.
Así las cosas, el
sistema de capitalización está en la UTI con respirador mecánico. Pero aún en
este estado crítico, la soberbia impide hacer un diagnóstico sincero y
desapasionado, porque el tema, lamentablemente, se abanderizó políticamente, y
ahora ya no se trata de discusiones técnicas –cosa ya difícil, por lo que
comentaré más adelante-, sino que el protagonismo lo tiene la disputa entre
derecha e izquierda. Y en una disputa de este tipo, todo vale con el fin de
ganar.
Como gran ironía de
la vida, el principal responsable de tener al sistema agonizando ha sido la
propia derecha –supuestamente la mano técnica, y fuente inspiradora de parte
importante de los defensores del modelo-, al no haber moderado las expectativas
y no contar el cuento real (o por lo menos completo). No han querido calcular,
por ejemplo, el verdadero retorno para el afiliado y deducir las comisiones;
prefieren quedarse con el maravilloso UF+8% anual promedio, y que las
comisiones pasen por el lado. Eso vende, es imbatible y hay que cacarearlo. ¿Qué otro instrumento ha
dado semejantes retornos durante 40 años?, preguntan en forma desafiante. Y si
sale algún loquito calculando un retorno neto de comisiones, lanzan astutos
guarismos para embolinar la perdiz
(el que más me gusta, por lo creativo, es la comisión mensual como porcentaje
del fondo acumulado; equivalente al alumno que responde cualquier cosa en un
examen donde no cacha ná).
Con perfil
supuestamente técnico, han hecho proyecciones asumiendo retornos esperados; el
Equivalente Cierto no existe para ellos. El Banco Central, con sus 40 doctores,
no da ninguna alerta; deben estar preocupados por la inflación. No es tema para
ser analizado a fondo en el Informe de (In)Estabilidad Financiera.
La derecha tampoco
ha querido ver la situación de insolvencia de las compañías de seguros que
venden rentas vitalicias, la modalidad preferida de los afiliados a la hora de
pensionarse. Están quebradas; y permitir su funcionamiento no hace otra cosa
que agravar más el problema. No han dado ninguna alarma. Han callado. Están
como en el Titanic. En este punto, la CMF es especialmente culpable con las
respuestas que ha dado: le he señalado que el reloj está dando mal la hora, y
responde que la compra del reloj se ajustó a la normativa vigente, y me remiten
a la normativa. Y con eso da por cerrado el tema.
Para los defensores
del modelo, las bajas pensiones se deben esencialmente a factores exógenos al
modelo, porque para que el Mercedes ande,
necesita bencina. Y si no anda, no es culpa del auto; el meche en sí, es un auto de lujo. Por lo tanto –señalan- hay que
fortalecer el mercado laboral de tal manera que permita reducir las lagunas
previsionales y con el crecimiento del PIB, mejorar los sueldos… porque la
maquinita generadora de rentabilidades está, y es de lujo. De esta manera, se
obtendrán tasas de reemplazo decentes, acordes con lo prometido.
Eso por mencionar
algunos temas.
Así, la derecha le
dejó un gol en bandeja a la izquierda. Un penal sin arquero. No se quejen.
Y el mundo académico
brilla por su ausencia. Pareciera metido en competir quién publica el paper con las ecuaciones más difíciles.
Agregaré tres nuevos
ejercicios y en función de ellos extraeré algunas conclusiones que estimo
relevantes. Como contexto, considere que el ingreso mínimo hoy es $326.500.
Como referencia, el 50% de los trabajadores gana un ingreso hasta $401.000 al
mes, y el ingreso laboral promedio fue $620.528 neto mensual (mediana y
promedio para el año 2019, INE). Es decir, un porcentaje importante de los
trabajadores gana entre uno y dos sueldos mínimos. Si queremos que el sistema
funcione, por lo menos que sea eficaz para ellos.
Y para no desviar el
foco, en los ejercicios me olvidaré de las comisiones, a propósito.
Ejercicio 1: Una persona que tuvo ingresos por el sueldo mínimo
y cotizó todos los meses (0% de lagunas previsionales) entre mayo 1981 y junio
2020 (39 años, 1 mes); y cuando se crearon los multifondos se mantuvo en el
fondo C. Los resultados serían:
·
Rentabilidad anual en 39 años: UF+8,03% anual (esta
es la primera cifra con la que los defensores hacen gárgaras).
·
La rentabilidad obtenida multiplicó por 3 los
aportes del afiliado (segunda gárgara).
·
¿Y cuánto es el fondo acumulado a junio 2020?: UF 873,
esto es, $25.066.749.
·
Para un hombre de 67 años, que desea pensionarse a
los 69 años y espera recibir el sueldo mínimo por dos años más, con cónyuge de
65 años, y con $25 millones de fondo acumulado a los 65 años, el simulador de
pensiones de la Superintendencia de Pensiones entrega un monto de pensión de
$123.459 mensual.
·
Para el caso de una persona que siempre ganó el
sueldo mínimo y cotizó el 100% de los meses durante 39 años, el monto de la
pensión sería un 39% de su último sueldo.
Ejercicio 2: Los mismos supuestos anteriores, pero ahora la
persona siempre tuvo ingresos por el doble del sueldo mínimo, es decir, está
por sobre el 50% de los trabajadores:
·
Rentabilidad anual en 39 años: UF+8,03% anual; y la
rentabilidad obtenida multiplicó por 3 los aportes del afiliado.
·
El fondo acumulado a junio 2020 sería UF 1.747,
esto es, $50.133.497.
·
El simulador de pensiones de la Superintendencia de
Pensiones entrega un monto de pensión de $243.359 mensual.
·
Para el caso de una persona que siempre ganó el
doble del sueldo mínimo y cotizó el 100% de los meses durante 39 años, el monto
de la pensión sería un 38% de su último sueldo.
Ejercicio 3: Para obtener $100 millones de fondo acumulado, se
requeriría que la persona hubiese cotizado por 4 sueldos mínimos durante 39
años, sin ninguna laguna previsional. Cuatro sueldos mínimos hoy son
$1.316.000. El año pasado, solo un 14,3% del total de personas ocupadas recibió
ingresos mayores a $1 millón. ¿Y de cuánto sería la pensión cotizando 4 sueldos
mínimos por 39 años? Respuesta: $483.160.
¿Soluciona el
sistema de capitalización individual el problema de las pensiones? La respuesta
se la dejo a usted.
La chacota del retiro
del primer 10% y ahora del segundo 10%, como parte del pan y circo actual, en
mi opinión, enreda el tema de fondo. Es obvio que ya con el primer 10% muchas
personas quedaron con cero pesos en su cuenta de AFP, y con un segundo 10% la
situación empeora. Tremenda novedad. Pero no nos engañemos. Sin ningún retiro,
igual las pensiones iban a ser bajas, muy bajas, aun si cotizaran el 100% del
tiempo durante décadas; no se alcanza a acumular un monto tal que permita
obtener una pensión que exceda en forma significativa la Pensión Básica
Solidaria (PBS), que de cierta forma está “asegurada”. Esta realidad de los
bajos sueldos genera implícitamente el dilema de la indiferencia: en el
extremo, para sueldos bajos, daría lo mismo el monto a ahorrar, porque el
resultado será más o menos el mismo: una pensión equivalente a la PBS o un poco
más.
¿Se dice eso abiertamente?
No.
Si el dilema de
la indiferencia está internalizado, genera el dilema del valor presente: si a
un afiliado le ofrecen retirar la plata, lo hará sin dudar porque no tiene
costo de oportunidad. Racionalidad económica pura.
Finalmente, y
para colmo de males para el sistema de capitalización, la próxima reforma al
sistema de pensiones tendrá un eje central, a saber, el “derecho a una pensión
digna”.
La única forma
de salvar el sistema de capitalización individual es dejarlo como un medio para
adicionar un monto extra a una nueva PBS pagada sin ahorro (y esta nueva PBS –o
“pensión digna” se deberá financiar con impuestos, porque la magia no existe). Las
personas deberían tener la libertad de aportar un sugerido 10% (o más si
desean), y también la libertad de hacer los retiros que quieran y cuando
quieran, con plena conciencia que si ahorró poco o retiró todo o parte de la
plata ahorrada, tendrá poco que agregar a la PBS, y en el extremo, agregará $0.
“¡Libertad, libertad!, mis amigos”.
Pero para ello, es necesario que los defensores del modelo dejen su soberbia y
acepten que la creatura que adoraban estaba llena de imperfecciones endógenas.
Cuentan las
Sagradas Escrituras que, al rey babilonio Belsasar, mientras estaba en un
banquete, se le apareció una escritura en la pared. Tequel: “Has sido pesado en la balanza y hallado deficiente”…
Tequel, sistema de capitalización.
Iván
Rojas B.
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