En los últimos diez años, recuerdo haber ido sólo una vez a una sucursal de mi AFP (ni siquiera sabía la dirección). Las pocas veces que he necesitado algún certificado, lo obtengo por Internet. Y cada cierto tiempo me llega un estado de cuenta (con información de regular claridad, pero una cartola al fin y al cabo). ¿Cuántas veces ha ido Ud. a una sucursal en los últimos doce meses?
Lo anterior tiene mucho que ver con la próxima licitación de una sustancial cartera de afiliados, los que serán asignados a la AFP que cobre la comisión más barata. Si bien la medida irá tanto en directo beneficio de las personas perteneciente a la cartera licitada como también del resto (al incorporar mayor competencia), la actual licitación se hará en base a una función de producción del siglo pasado, ya que obliga a la AFP ganadora a tener sucursales con cobertura nacional. ¿Para qué poner como requisito un servicio que la gente no demanda? La competencia, por lo tanto, probablemente se centrará en cobros algo más bajos a los actuales, de, digamos osadamente, ¿un 25% menos?
¿Por qué no fomentar las funciones modernas de producción en la industria? Una AFP basada en las nuevas tecnologías –no sólo como apoyo al negocio, como existe hoy- permitirían tener un mínimo de sucursales físicas, reduciendo de manera drástica los costos fijos; la administración de cartera se podría hacer en forma centralizada montando un departamento de estudios cuya función básica sea la de “seguir” las estrategias del resto; cada afiliado accedería en línea a toda la información relevante de su fondo; un call center centralizado atendería las consultas más específicas o a aquellos con menor acceso a Internet, etc. No debería causar asombro que todo esto se podría hacer a un costo de a lo más 1/5 del actual. Sí, leyó bien.
Al trabajador se le descuenta mensualmente de su sueldo imponible un 10% para el fondo de pensión, más un 1,87% para el seguro de invalidez, más la comisión de administración. Ésta última constituye el principal ingreso de las AFP. Actualmente el rango de comisiones va desde un 1,36% a un 2,36% del sueldo imponible. Sin considerar el seguro, que es un producto aparte (se podría discutir después el precio de dicho producto y la obligatoriedad), cada persona destina mensualmente entre un 11,36% y un 12,36% de su sueldo como ahorro para su jubilación. Económicamente, ese es el flujo de caja relevante. Y de este desembolso, la comisión representa entre 12% y un 19%. ¿Lo justifica el servicio de “asesoría de inversión” y manejo del stock de fondos? Difícilmente, toda vez que existen estrategias disponibles para replicar el desempeño del mercado, más agresivo o más conservador, según sean las preferencias del afiliado. Haciendo el símil con una corredora de bolsa, ¿qué diría Ud. si por cada transacción tuviera que pagar una comisión de entrada de 12% del monto invertido? Hoy, la corredora de bolsa más barata cobra 120 veces menos por una transacción equivalente.
Es cierto que estamos hablando de servicios diferentes, pero no nos engañemos, los nuevos equilibrios que tienen asociados las nuevas funciones de producción, tanto en esta como en otras industrias, se darán a precios equivalentes a una fracción mínima de los actuales… ¿en 1, 3 o 5 años más? Recuerde que hace poco más de 10 años no existía Google, y hoy vale USD175.000 millones, más que la suma de todas las empresas del IPSA; hace 3 años atrás no existía Twitter, y hoy ha sido valorizada en USD1.000 millones, más de lo que vale en bolsa AFP Cuprum, Vapores o Fasa… y todavía no genera un dólar de ingreso.
El sistema de capitalización individual ha sido calificado como un producto de exportación de excelencia. Después de 28 años, una nueva versión, AFP 2.0, agregaría mayor eficiencia, efectiva competencia y, en consecuencia, mayor rentabilidad final a sus afiliados.
Lo anterior tiene mucho que ver con la próxima licitación de una sustancial cartera de afiliados, los que serán asignados a la AFP que cobre la comisión más barata. Si bien la medida irá tanto en directo beneficio de las personas perteneciente a la cartera licitada como también del resto (al incorporar mayor competencia), la actual licitación se hará en base a una función de producción del siglo pasado, ya que obliga a la AFP ganadora a tener sucursales con cobertura nacional. ¿Para qué poner como requisito un servicio que la gente no demanda? La competencia, por lo tanto, probablemente se centrará en cobros algo más bajos a los actuales, de, digamos osadamente, ¿un 25% menos?
¿Por qué no fomentar las funciones modernas de producción en la industria? Una AFP basada en las nuevas tecnologías –no sólo como apoyo al negocio, como existe hoy- permitirían tener un mínimo de sucursales físicas, reduciendo de manera drástica los costos fijos; la administración de cartera se podría hacer en forma centralizada montando un departamento de estudios cuya función básica sea la de “seguir” las estrategias del resto; cada afiliado accedería en línea a toda la información relevante de su fondo; un call center centralizado atendería las consultas más específicas o a aquellos con menor acceso a Internet, etc. No debería causar asombro que todo esto se podría hacer a un costo de a lo más 1/5 del actual. Sí, leyó bien.
Al trabajador se le descuenta mensualmente de su sueldo imponible un 10% para el fondo de pensión, más un 1,87% para el seguro de invalidez, más la comisión de administración. Ésta última constituye el principal ingreso de las AFP. Actualmente el rango de comisiones va desde un 1,36% a un 2,36% del sueldo imponible. Sin considerar el seguro, que es un producto aparte (se podría discutir después el precio de dicho producto y la obligatoriedad), cada persona destina mensualmente entre un 11,36% y un 12,36% de su sueldo como ahorro para su jubilación. Económicamente, ese es el flujo de caja relevante. Y de este desembolso, la comisión representa entre 12% y un 19%. ¿Lo justifica el servicio de “asesoría de inversión” y manejo del stock de fondos? Difícilmente, toda vez que existen estrategias disponibles para replicar el desempeño del mercado, más agresivo o más conservador, según sean las preferencias del afiliado. Haciendo el símil con una corredora de bolsa, ¿qué diría Ud. si por cada transacción tuviera que pagar una comisión de entrada de 12% del monto invertido? Hoy, la corredora de bolsa más barata cobra 120 veces menos por una transacción equivalente.
Es cierto que estamos hablando de servicios diferentes, pero no nos engañemos, los nuevos equilibrios que tienen asociados las nuevas funciones de producción, tanto en esta como en otras industrias, se darán a precios equivalentes a una fracción mínima de los actuales… ¿en 1, 3 o 5 años más? Recuerde que hace poco más de 10 años no existía Google, y hoy vale USD175.000 millones, más que la suma de todas las empresas del IPSA; hace 3 años atrás no existía Twitter, y hoy ha sido valorizada en USD1.000 millones, más de lo que vale en bolsa AFP Cuprum, Vapores o Fasa… y todavía no genera un dólar de ingreso.
El sistema de capitalización individual ha sido calificado como un producto de exportación de excelencia. Después de 28 años, una nueva versión, AFP 2.0, agregaría mayor eficiencia, efectiva competencia y, en consecuencia, mayor rentabilidad final a sus afiliados.
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