Comienzo esta columna diciendo que, si bien no estoy relacionado directamente con la gestión de la AFP que empresas CB está formando, trabajo en dicho grupo empresarial y estoy informado de su avance. Hace dos meses se presentó a la Superintendencia de Pensiones la autorización para una nueva AFP y se sigue el proceso formal para la obtención de la licencia respectiva.
Como marco general, me gustaría destacar lo positivo que resulta que haya nuevos integrantes en un mercado consolidado como el de los fondos de pensiones. En enero de 2010, AFP Modelo se adjudicó la licitación de cartera; su apuesta de cobrar un 25% menos que la industria ha sido exitosa: de acuerdo a declaraciones de la compañía, a julio de este año registrarían 180 mil cotizantes, superando los 172.569 que Planvital poseía a mayo 2011. El ministro de hacienda de aquel entonces, Andrés Velasco, estimó que la comisión de 1,14% de Modelo, inferior al 1,51% promedio ponderado del sistema, permitiría un ahorro de USD15 millones anuales para los nuevos entrantes al sistema en 24 meses. “Broche de oro a la reforma de pensiones”, señaló.
La estrategia de centrarse en comisiones más baratas es correcta, por a lo menos tres razones. Primero, la variable relevante para el cliente es la rentabilidad que sus fondos obtienen deducidas las comisiones pagadas. El impacto es significativo: en 30 años, el fondo C tuvo una rentabilidad real de 9,2% anual; deduciendo las comisiones, la rentabilidad real sería 6,1% anual, es decir, 1/3 de la rentabilidad informada por las AFP se fue en comisiones. Lamentablemente, después de 30 años los afiliados todavía no conocemos oficialmente nuestra rentabilidad final. Segundo, no se le puede ganar al mercado permanentemente en el tiempo, especialmente ahora, en un mundo en que la incertidumbre sobre el retorno de las inversiones (incluido el riesgo de no pago en la renta fija) está en discusión. ¿Cree Ud. que para los próximos 30 años las AFP logren replicar sus resultados? Es más, aquel 6,1% de rentabilidad final para el cotizante, sujeta a riesgo, es equivalente a un retorno menor sin riesgo. En equilibrio, este retorno menor sin riesgo no podría diferir mucho de un bono de un gobierno triple A. Tercero, dado que las AFP se mueven “en manada”, entonces, ¿por qué no mejor seguir al mercado en sus distintos fondos, pero diferenciarse en la comisión cobrada?
Probablemente veamos una nueva AFP en la próxima licitación de cartera. La estrategia es clara: las nuevas tecnologías permiten replicar el bien o servicio a un costo significativamente menor al de la función de producción obsoleta. Esto no es sólo teoría: las tres AFP que cotizan el bolsa –que concentran el 75% de participación según activos- tienen patrimonio contable (en millones de dólares) de 213, 374 y 559. ¿Cuánto cree Ud. que sería la inversión en crear una nueva? Una fracción de lo anterior, se lo aseguro. Dicho sea de paso, ojo con los valores en bolsa, cuyo promedio supera los USD1.000 millones.
Esta estrategia permite enviar una clara señal de precios de largo plazo, con un cotizante directamente beneficiado. Enhorabuena. ¡Bienvenida más competencia!
Como marco general, me gustaría destacar lo positivo que resulta que haya nuevos integrantes en un mercado consolidado como el de los fondos de pensiones. En enero de 2010, AFP Modelo se adjudicó la licitación de cartera; su apuesta de cobrar un 25% menos que la industria ha sido exitosa: de acuerdo a declaraciones de la compañía, a julio de este año registrarían 180 mil cotizantes, superando los 172.569 que Planvital poseía a mayo 2011. El ministro de hacienda de aquel entonces, Andrés Velasco, estimó que la comisión de 1,14% de Modelo, inferior al 1,51% promedio ponderado del sistema, permitiría un ahorro de USD15 millones anuales para los nuevos entrantes al sistema en 24 meses. “Broche de oro a la reforma de pensiones”, señaló.
La estrategia de centrarse en comisiones más baratas es correcta, por a lo menos tres razones. Primero, la variable relevante para el cliente es la rentabilidad que sus fondos obtienen deducidas las comisiones pagadas. El impacto es significativo: en 30 años, el fondo C tuvo una rentabilidad real de 9,2% anual; deduciendo las comisiones, la rentabilidad real sería 6,1% anual, es decir, 1/3 de la rentabilidad informada por las AFP se fue en comisiones. Lamentablemente, después de 30 años los afiliados todavía no conocemos oficialmente nuestra rentabilidad final. Segundo, no se le puede ganar al mercado permanentemente en el tiempo, especialmente ahora, en un mundo en que la incertidumbre sobre el retorno de las inversiones (incluido el riesgo de no pago en la renta fija) está en discusión. ¿Cree Ud. que para los próximos 30 años las AFP logren replicar sus resultados? Es más, aquel 6,1% de rentabilidad final para el cotizante, sujeta a riesgo, es equivalente a un retorno menor sin riesgo. En equilibrio, este retorno menor sin riesgo no podría diferir mucho de un bono de un gobierno triple A. Tercero, dado que las AFP se mueven “en manada”, entonces, ¿por qué no mejor seguir al mercado en sus distintos fondos, pero diferenciarse en la comisión cobrada?
Probablemente veamos una nueva AFP en la próxima licitación de cartera. La estrategia es clara: las nuevas tecnologías permiten replicar el bien o servicio a un costo significativamente menor al de la función de producción obsoleta. Esto no es sólo teoría: las tres AFP que cotizan el bolsa –que concentran el 75% de participación según activos- tienen patrimonio contable (en millones de dólares) de 213, 374 y 559. ¿Cuánto cree Ud. que sería la inversión en crear una nueva? Una fracción de lo anterior, se lo aseguro. Dicho sea de paso, ojo con los valores en bolsa, cuyo promedio supera los USD1.000 millones.
Esta estrategia permite enviar una clara señal de precios de largo plazo, con un cotizante directamente beneficiado. Enhorabuena. ¡Bienvenida más competencia!
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