La reciente emisión de bonos soberanos del Gobierno de Chile hizo destapar la champaña. Y no es para menos: dos colocaciones de USD750 millones cada una, a 10 y 30 años, a tasas nominales de 2,38% y 3,71%, respectivamente. Al existir una demanda cercana a los USD10.000 millones, esto es, una sobre-suscripción de seis a siete veces, el mercado literalmente se peleó estos papeles y habló claro y fuerte respecto de la confianza de los inversionistas en nuestra angosta y larga faja de tierra.
Con esta emisión, Chile ha obtenido el financiamiento en las mejores condiciones de la historia, diferenciándose de cualquier otro país latinoamericano y del mundo emergente en general.
Las tasas de endeudamiento antes citadas tienen implícito un Spread de 55 y 75 puntos base a 10 y 30 años, respectivamente, sobre la tasas de Bonos del Tesoro de Estados Unidos. De hecho, actualmente la TIR nominal anual de estos últimos está en 1,75% y 2,9%, nominales, a 10 y 30 años, respectivamente.
Hasta ahí todo bien. Veamos ahora las tasas reales. Los Bonos del Tesoro de Estados Unidos indexados a inflación tienen una TIR real anual de -0,73% (a 10 años) y +0,40% (a 30 años). Aplicando el riesgo país que el mercado asigna hoy a Chile, la tasa real local para papeles de similares plazos estaría en torno a -0,18% y 1,15%. Esto sería coherente con una compensación inflacionaria de 2,56% anual si consideramos las emisiones de deuda nominales que acaban de salir del horno.
Pero claramente las tasas de los BCU a 10 años no están en estos niveles. Es decir, habría un desequilibrio que permite arbitraje de tasas: Chile ofrece tasas reales que exceden su riesgo país. Y como dicen los textos, una economía pequeña es “tomadora de precios”, o de tasas en este caso, en relación a la pauta marcada por la principal economía del mundo. Así, como todo desequilibrio, esta brecha debería cerrarse en poco tiempo, sobretodo si Chile es una joyita dentro del mundo emergente. ¿Cuál debería ser la situación final? Tasas reales muy, pero muy bajas… en una de esas cero o negativas. Y por cierto, una situación que escapa al manejo que pudiera tener el Banco Central con la TPM.
Conclusión: es muy probable que la tasa libre de riesgo (¿se puede seguir usando esta expresión?) de equilibrio de largo plazo en Chile será más baja que la actual. ¡Buena noticia para Chile en su conjunto!; no tan buena para algunos, por ejemplo, compañías de seguros de vida, las cuales deben reinvertir permanentemente sus activos financieros a tasas cada vez menores cuando, al mismo tiempo, ven como sus pasivos (rentas vitalicias) aumentan por el mismo efecto. ¿Habrá solicitado la SVS los respectivos test de stress? Si alguien los encuentra publicados, que por favor avise.
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