¿Es posible
distorsionar completamente el diseño de un sistema y/o el espíritu de la Ley
con una apariencia de legalidad y, lo peor, de control, resguardo y
supervisión? Sí, la SVS es un ejemplo. La SVS tiene varios pecados capitales
que no caben en esta breve columna. Destacaré uno de tal gravedad, que la hace
responsable de la decadencia del sistema de pensiones. Decadencia que puede
terminar en la destrucción del sistema.
Como sistema de
pensiones debemos entender el proceso de ahorro previo a la jubilación (AFP) y
–también- el proceso posterior (a veces se olvida), donde existen básicamente
dos opciones: Retiro Programado (de la AFP) o contratar una Renta Vitalicia
(RV) con una Cía de Seguros de Vida (CSV). La opción preferida de los jubilados
es la RV; ¿La razón? Un pago seguro (sin riesgo de no pago) hasta que se muera.
Cualquier situación de riesgo en uno de los dos subsistemas, pone en peligro el
sistema global. No son independientes, como a veces se piensa; y como tan
frecuentemente se analiza. La SVS es responsable por su inacción y acción en la
actual situación de riesgo de las CSV en sus RV ofrecidas.
El Contexto
En el caso del sistema
de pensiones, el diseño fue obligar a la gente a ahorrar durante su vida laboral
y al momento de jubilar tener en esencia las dos opciones comentadas. Por
diseño (insisto en este punto porque así fue concebido), si una persona elige una RV, ésta debe pagarse a todo evento, y no
depende del riesgo de la CSV (que como institución pueda tener producto de
su operación). Así fue diseñado, así es publicitado y así es percibido por la
ciudadanía. De hecho, hasta el nombre sugiere lo anterior: Renta Vitalicia.
Cuando se diseñó el sub-sistema
de las RV, el escenario de tasas de cero riesgo era "alto" y la destrucción
creativa era infinitamente menor a la actual. Se permitió, bajo este cuadro, que
las CSV asumieran riesgo, "castigando" el pasivo no calzado en plazo,
valorizándolo a una tasa "baja" -impensada en aquel momento- de 3%
(real anual), siendo el patrimonio el capital de respaldo correspondiente.
La acción e inacción de la SVS
Pero las tasas
cayeron. Y el piso ahora llegó a ser un techo. Esto cambió la industria a tal
grado que cuando las tasas cayeron por debajo del 3% se dio el absurdo que la
tasa castigo ahora pasaba una ser una tasa “premio” y, por lo tanto, “convenía”
tener todo el pasivo descalzado. O sea, cambió
la metodología central de valorizar los pasivos, que es EL tema en las CSV. Y
la SVS no reaccionó apropiadamente. Sus circulares así lo demuestran: las
primeras veces en que la tasa libre de riesgo (TM) fue menor al 3%, se publicó
dicha tasa (sólo de referencia) y se instruyó que regía el 3% para valorizar
los pasivos (¿La SVS pensó que era algo puntual?); después sólo se dijo que el
cálculo había dado menor a 3% (sin dar el guarismo), pero se debía seguir
usando el 3%. Como dicha situación no podía sostenerse más, la SVS incorporó el
vector de tasas libres de riesgo agregando una santa yapa: el regalito del
spread de instrumentos triple A; y para dar un (falso) criterio conservador, la
SVS castiga esta yapa con un factor de 0,8 (¿Para valorizar pasivos a una tasa
que se asemeje a la TIR promedio de los activos?). Todo – y aquí lo peligroso de este cuento-
debidamente santificado con circulares y cumpliendo todas las formalidades del
caso. Agréguese a lo anterior la gran bondad que la SVS ha tenido con las
CSV para que incorporen la mayor esperanza de vida en sus RV prometidas (léase,
ajusten sus pasivos al alza) en cómodas cuotas anuales.
Pido disculpas al
lector si lo anterior es muy técnico, pero lo concreto y simple es que en
relación a la regulación de las RV, pilar fundamental de las pensiones que se
pagan, la SVS, en vez de corregir hacia
el lado correcto (es decir, seguir el espíritu de la Ley y de cómo fue diseñado
el sistema), y hacer que la operación de las CSV convergiera a una operación
segura, incorporó una serie de parches vestidos como normas supuestamente
“técnicas” que tienen como resultado subvalorar considerablemente los reales
pasivos que las CSV tienen comprometidos con los jubilados, cambiando el fondo
del sistema por uno que no fue el que se diseñó.
Para colmo de males,
la SVS promueve la operación alejada del diseño seguro. Es tan así, que hoy la inversión de las CSV en instrumentos estatales es
mínima y predominan bonos corporativos (de empresas sujetas a la gran
incertidumbre provocada por la destrucción creativa), se introduce el vector ya
comentado, se quiere aumentar el límite de inversión en el extranjero y se
habla de inversión en activos “alternativos” para aumentar el retorno de las RV
y poder “mejorar” las pensiones, entre otras medidas. Un contrasentido total de
los principios económicos elementales… ¡Y pidiendo opiniones de los test y
medidas implementadas a las CSV, que son los mismos regulados! (como si un
profesor le pidiera su opinión a los alumnos sobre las preguntas que quiere
poner en una prueba).
Para empeorar la situación, la
tasa ofrecida en las RV (aunque han caído) son bastante mayores a las tasas de
cero riesgo. La única manera de cumplir esa promesa es invertir en activos con
algún riesgo, y en una situación donde los pasivos están mal contabilizados
esto es una bola de nieve que aumenta cada día. ¿Una sofisticada pirámide? Las CSV, en vez de
advertir al ente regulador de su error, convenientemente se han enriquecido al
seguir vendiendo RV que no pueden pagar en ambiente seguro, con evidente
riesgo moral. Son cómplices en la decadencia del sistema.
En este contexto aparecen
los Test de Suficiencia de Activos, Capital Basado y ORSA ¿Quién va estar en
contra de analizar si una CSV tiene activos suficientes o si su capital está
basado en riesgo? ¡Nadie! El punto es otro: ¿De qué sirven todos estos test si el balance sobre el cual se calculan
NO refleja la real situación de la compañía? Los test no están malos per sé, el problema -y
el peligro de confiar en estos test- es que el "input" de
entrada para estos test está malo: las deudas por pensiones que deben las CSV a
los jubilados están considerablemente subvalorizadas producto de los regalitos
dados por la SVS.
Un test inicial debería ser el
siguiente:
a) Calcular las deudas por RV
valorizadas a una tasa libre de riesgo sin yapa y con los flujos actualizados
de esperanza de vida. Esto dará en muchos casos un monto muy, pero muy superior
al valor contable del pasivo.
b) Determinar el valor del activo
que en su Equivalente Cierto permita
y garantice la operación segura.
c) Comparar el patrimonio económico resultante
(negativo en varios casos) con el patrimonio contable. Dado el alto
apalancamiento, basta que el pasivo aumente un poquito para que todo el
patrimonio se esfume.
No estaría mal que tanto la SVS
como su jefe (Hacienda) hicieran estos cálculos y reflexionaran en cómo se echó
a perder un sistema que en su implementación se fue alejando de sus
fundamentos. Una tremenda embarradita que tiene en jaque a todo el sistema de
pensiones.
Iván Rojas B.
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