martes, 25 de mayo de 2021

Compañías de Seguros quebradas: ¿solo una vulnerabilidad teórica?

 https://www.elmostrador.cl/destacado/2021/05/25/companias-de-seguros-quebradas-solo-una-vulnerabilidad-teorica/


En El Semanal de El Mostrador publicado el 18 de mayo, el periodista Iván Weissman expuso la  respuesta que recibió de parte de ex reguladores y actuarios al argumento que las compañías de seguro (CSV) están quebradas. Cita que ellos “rechazan este argumento. Dicen que es una vulnerabilidad teórica y no en la práctica. Además, apuntan a que las grandes del mercado tienen el respaldo de poderosos holdings financieros internacionales. El CEO de uno de los 3 mayores actores del negocio de rentas vitalicias de Chile sostiene que la regulación chilena es similar a la de los mercados más desarrollados y que no hay amenaza alguna para la estabilidad de la industria”.

Es un avance tener alguna respuesta. Lo preocupante es el razonamiento que la sustenta. Recojo el guante y me haré cargo de cada punto lo más breve posible. Sin eufemismos y que el lector juzgue objetivamente.

¿Solo una vulnerabilidad teórica?

El hecho de que mi argumento sea calificado como “vulnerabilidad teórica” implícitamente reconoce que conceptualmente está correcto, al no refutar la teoría. Para evaluar cualquier modelo financiero debe haber una buena teoría que lo sustente. Si se trata de diseñar un sistema de pensiones, con mucha mayor razón.

Pues bien, simplificando al máximo, la esencia del problema de las CSV es el cálculo del valor presente de las cuotas comprometidas en las rentas vitalicias (RV), las cuales tienen incorporada una rentabilidad prometida asegurada. Como se trata de un flujo que debe ser pagado a todo evento y de por vida, estamos hablando de un flujo financiero libre de riesgo de no pago. El propio nombre lo dice: “Renta Vitalicia”. Así se vende, así se publicita y así lo entendemos todos.

Para el tenedor de este instrumento financiero, es decir, para el pensionado, está claro como el agua que se trata de un flujo libre de riesgo de no pago. Si a estas alturas alguien (léase autoridad o CSV) pretendiese dar algún “matiz” a la sentencia anterior y dar a entender que no se trata de un flujo libre de riesgo de no pago, entonces lo que estaría diciendo entre líneas es que al pensionado se le vendió otro producto.  ¿Se atrevería a decir en público que se vendió una “cuasi renta vitalicia”? ¿Gato por liebre?

Zanjado el punto que se trata de un flujo libre de riesgo de no pago, entonces, un axioma básico e irrefutable es que todo flujo libre de riesgo de no pago DEBE ser calculado descontando dichos flujos a la tasa libre de riesgo correspondiente. Si alguien refuta este axioma sobre la coherencia que debe existir entre riesgo de flujo y riesgo de tasa de descuento, ¿se atrevería a decirlo abiertamente en público?

Pues bien, hemos llegado a la esencia del problema. Ahora podemos hablar si se trata de una “vulnerabilidad teórica”.

Una vulnerabilidad teórica –tratando de definirla de acuerdo a la respuesta de los ex reguladores- sería aquella que nace de ejercicios “de pizarrón”, pero que estaría lejos de aplicarse en la práctica.

Pongo un ejemplo. Una vulnerabilidad teórica, para mí, sería un test de stress al Titanic antes de partir. Claro, de que se puede hundir, se puede, pero era “casi imposible” en la práctica según ciertos parámetros “razonables” de la época. En efecto, exante, las probabilidades de una hipotética catástrofe eran bajas. Pero ocurrió lo inesperado. Bueno, resulta que la situación de las CSV no es la del Titanic antes de partir; es la del Titanic que ya chocó con el iceberg de la tasa de descuento[1].

En el caso de las CSV, no estoy hablando de una hipotética catástrofe. La catástrofe ya está. El hecho objetivo es que hace 21 años, la otrora SVS estableció que el pasivo calzado con flujos de activos sería calculado considerando la TM (tasa de mercado de instrumentos estatales libres de riesgo chilenos) como tasa de descuento, la cual era una tasa “alta”[2]; el pasivo no calzado sería valorizado a una tasa teórica de castigo de 3% y reflejaba precisamente una “vulnerabilidad teórica”. Hasta ahí, había una lógica financiera aceptable y coherente. A eso, agréguese que las RV que se vendían prometían una rentabilidad que se podía cumplir sin riesgo (retorno inferior a la TM). El Titanic aún no zarpaba y era un barco bien hecho.

Pero pasó lo “poco probable”. A partir del año 2001, la TM empezó a caer, acercándose peligrosamente al 3% en 2005... y siguió cayendo.  La SVS tiró varios salvavidas a las CSV (el vector de tasas con premio, ajustes al vector y la “mula” tasa de bautizo,) con el fin de evitar que calcularan los pasivos a la baja TM, que era lo que correspondía hacer[3]. Adicionalmente, a partir de 2002, las CSV empezaron a vender RV prometiendo a los pensionados rentabilidades superiores a la TM. Se generó la tormenta perfecta (o mejor dicho, el iceberg).

¿Cuál es el punto con todo este preámbulo? Que la tasa libre de riesgo (TM) y su vector de tasas (sin premio) ha permanecido cercano a cero; ya varias veces la TM ha llegado a cero y algunos plazos del vector también. Es un hecho objetivo irrefutable. No es un ejercicio teórico basado en una hipótesis.

Entonces, la gran pregunta es: ¿cuál es el valor presente de los flujos prometidos en las RV considerando la tasa libre de riesgo pura y las tablas de esperanza de vida correctas? No se trata de una vulnerabilidad teórica como se quiere hacer ver; se trata de calcular la cifra correcta de la deuda que las CSV tienen con sus clientes-pensionados. Utilizar una tasa de descuento distinta para valorizar -como se ha venido haciendo a través de las circulares supuestamente técnicas y complejas- es hacer trampa. Los cálculos que hacen hoy las CSV sí que son un ejercicio teórico adicional que a lo mejor daría para una nota de referencia al pie del balance. 

¿Ha solicitado la autoridad que se calcule el real valor de los pasivos por RV utilizando un vector de tasas libre de riesgo de mercado, puro, sin ningún premio y sin usar la tasa de bautizo? No. Dado el apalancamiento que tienen las CSV, valorizar correctamente los pasivos daría como resultado patrimonio negativo en muchas de ellas.

Hacer el cálculo correcto no es hacer un ejercicio teórico de vulnerabilidad. Es reflejar lo que corresponde en el pasivo. Si la CSV tiene un apalancamiento de 10 a 1 (conservador), si la duration de los flujos comprometidos es 10 (años), y si se debe ajustar la tasa de descuento en solo 1 punto porcentual, adiós 100% del patrimonio. La realidad –no hipótesis- es que hay CSV que están apalancadas 15 a 1 (con la contabilidad trucha) y la tasa de instrumentos estatales chilenos libres de riesgo llegó a 0% en mayo, julio y agosto 2020[4].  

Las CSV subsisten solamente porque la autoridad les permite esta contabilidad trucha y porque el pasivo no es exigible –hasta ahora- en forma inmediata (aunque con el retiro 10% están pasando sustito). Y mientras siguen vendiendo RV (que agrandan más la insolvencia), les permite tener caja fresca para darse vueltas. ¿Cómo se llama ese esquema?

Finalmente, y sin perjuicio de lo anteriormente expuesto, una reflexión: hace poco tiempo era una “vulnerabilidad teórica” el retiro del 10% de las AFP y para qué decir el anticipo de una renta vitalicia… El destino a veces es muy irónico.

 

¿Respaldo financiero de poderosos holdings internacionales?

 

El hecho de que una CSV pertenezca a un holding internacional con “espaldas financieras” no es garantía absoluta que vayan a ponerse la mano al bolsillo cuando caiga la CSV. ¿Por qué? Porque si se hacen los cálculos, no estamos hablando de aportes de capital “tradicionales”; estamos hablando que en algunos casos de debe aportar más del 100% del capital. ¿Estará el holding dispuesto a realizarlo si el Estado de Chile se lo solicita? No seamos ingenuos. El argumento del holding será: “No es culpa mía señor Estado; yo me ceñí a la normativa que usted me impuso y la cumplí a cabalidad”.  La culpa no es del chancho

Para algunos holdings dueños de CSV, considerando la sumatoria de los dividendos que han recibido y los pagos por asesorías y comisiones pagadas por la CSV a la matriz, ya han recuperado con creces el capital inicial que aportaron. ¿Cuál cree que será la decisión si ahora le cambian las reglas del juego y lo obligan a aportar mucho más de 1 patrimonio, para quedar en una situación que ahora sería la adecuada porque la anterior tenía un “pequeño” error de cálculo? ¿Cuál cree que será la decisión del holding si queda en evidencia que la CSV está quebrada? Negocios son negocios y requieren sangre fría. ¿Revivir el muerto? Demasiado caro (más caro que hacer una nueva CSV), para quedar donde mismo económicamente hablando, y más encima con una amenaza real de una reforma global al sistema de pensiones en Chile que quizás en qué va a terminar. “Nos vemos en tribunales señor Estado”. Y adivine quién ganará en una disputa internacional.

No seamos ingenuos. Para la dimensión del problema que estamos hablando, el hecho que una CSV pertenezca a un holding solvente no es garantía de nada. No será nada de fácil para el Estado obligar a traer esos millones de afuera cuando se requieran… ¿Con qué argumento donde salga bien parado? Ese es en parte el zapato chino del Estado, el cual, a través de la CMF como autoridad encargada, nunca va a reconocer que metió la pata con la legislación y que permitió una contabilidad errada. Y las CSV le siguen esta conveniente cueca.

 

Regulación chilena similar a la de los mercados más desarrollados

Con respecto al argumento que la regulación chilena es similar a la de los mercados más desarrollados, tampoco es garantía de nada. El problema de la caída en la tasa de interés es mundial. Y en el mundo son innumerables los sistemas  de “defined benefits”, como son las Rentas Vitalicias, que en los últimos 15 años han colapsado. Y la magia no existe. El problema de las pensiones es global, y el mercado de capitales no tiene la solución integral. Si a eso le agregamos una legislación con errores conceptuales…

Por último, el que un CEO de una gran CSV señale que “no hay amenaza alguna para la estabilidad de la industria”… viene muy de cerca la recomendación. Sería impensado que dijese lo contrario; sería como Günter Schabowski respondiento al periodista. Y de pasada, le cortan la cabeza apenas salga publicada la respuesta. A propósito, ¿habrá pedido el CEO que calculen el pasivo por las RV descontado al 0%? Si lo hizo, tiene agallas para decir lo que dijo; está bueno pa’ político. Si no lo hizo, hágalo y después conversamos. Yo invito el café.

Corrijo. Pensándolo bien, en estricto rigor el CEO tiene razón, no hay amenaza. La amenaza es un peligro potencial; aquí la catástrofe ya existe.

 

Iván Rojas Bravo.



[1] Para no desviar el tema ni alargarme en demasía, el problema de las tablas de esperanza de vida no será tratado en esta columna. Problema que, por cierto, empeora la situación.

[2] En la década de los 90, el promedio de la TM fue UF+6,84% anual.

[3] Este punto se toca con más detalle en la columna “¿Cuándo empezó la tormenta?” publicada el 12.07.2019 en El Mostrador.

[4] Da para otra columna considerar la posibilidad real que en Chile haya tasas libres de riesgo negativas, al igual que lo que se ha dado en el mundo desarrollado, y la lógica conceptual que sustenta que no sería un fenómeno pasajero.

miércoles, 19 de mayo de 2021

La excusa perfecta para las quebradas compañías de seguros de vida

 https://www.elmostrador.cl/destacado/2021/05/19/la-excusa-perfecta-para-las-quebradas-companias-de-seguros-de-vida/


Hasta hace poco tiempo atrás era impensado realizar retiros de la cuenta de capitalización individual de los fondos de pensiones antes de la edad de jubilación. Y mire usted, en un año ya llevamos tres. Y es que las cosas menos pensadas, a veces pasan. ¿Alguien se atreve a decir que será el último, y que ya no habrá más chacota?

Esa cosa llamada incertidumbre, que estuvo media dormida, existe. No es solo teoría; y no es sólo la varianza.

La guinda de la torta en el último 10% ha sido el alcance a las rentas vitalicias (RV). Esto es una verdadera piedra en el zapato para las compañías de seguros de vida (CSV). No estaba dentro de ningún plan tener que liquidar inversiones y salirse del calce de plazo de activos y pasivos. Hago la precisión con el calce de plazo, porque el calce real de riesgo hace rato que no lo tienen.

Pues bien, en esta pasada las CSV tienen razón en estar “molestas”. Y es que con el retiro del 10% se ha puesto en jaque los fundamentos de esta transacción económica: en el momento de contratar una RV, el pensionado transfiere la propiedad de sus fondos a cambio de una cuenta por cobrar de por vida a una compañía de seguros; y viceversa con la compañía de seguros, la cual “adquiere” tanto un activo (los fondos) como un pasivo (una cuenta por pagar vitalicia).

Como señalé en una columna anterior, el anticipo del 10% correspondería a una opción que “apareció de la nada en forma gratuita” en favor del pensionado. Se trata, en definitiva, de una transferencia unilateral de riqueza (la cual, independiente de que sea compensada con un recorte en la RV, desordenó todo el naipe de la CSV).

Por cierto, aun siendo obvio conviene precisarlo, esto no tiene nada que ver con que las pensiones son bajas o con que los pensionados necesitan ayuda en estos momentos difíciles. El punto es que a tontas y a locas se desvistió un santo para vestir otro, sin medir consecuencias.

Así las cosas, algunas CSV ya lanzaron la batería judicial acusando reclamos de ilegalidad en contra del oficio de la CMF que autoriza el retiro del 10% de las RV. Como todo enredo que parte mal, se debe ir arreglando en el camino. En este caso, para “vestir” esta operación, el mecanismo dispuesto es que las CSV usen las reservas técnicas para darle un préstamo obligado al pensionado. En nuestra tierra abunda la “chispeza”.

Lo curioso de todo esto es que este imprevisto negativo para las CSV permite desviar el foco de su real problema: la insolvencia escondida bajo la magia de la contabilidad, al amparo de la CMF; insolvencia que desde hace tiempo tiene quebradas económicamente a las CSV.

Breve contexto

En variadas columnas anteriores publicadas casi todas en El Mostrador, he expresado el real problema de las CSV. Los pasivos registrados en sus balances, correspondientes a la deuda que tienen con los pensionados, están subvaluados, principalmente porque la tasa de descuento utilizada para valorizar las cuotas que les deben a los pensionados es incoherente con dicho flujo que debe ser pagado a todo evento, tal como se ha prometido y publicitado.

En esencia, como las CSV a) están altamente apalancadas, b) los activos están valorizados a precios de mercado (es decir, ya han incorporado las caídas en las tasa de interés), y c) la duration de los pasivos es “larga”, entonces, basta solo incorporar una pequeña diferencia en la tasa de descuento para que los pasivos se disparen en comparación al poco patrimonio relativo que tienen. La otrora SVS y hoy la CMF, advertidas de esta situación, siguieron permitiendo que las CSV registraran pasivos subvalorados, al otorgar incoherentes premios en la tasa de descuento, vestidos mediante oficios circulares supuestamente complejos y técnicos. Los ajustes que se han hecho han sido muy menores.

El problema no es nuevo. Las columnas “más pesadas” las escribí después de haber publicado la primera edición de mi libro “La magia del sistema de pensiones”, y haber informado de la situación, entre otros, a los siguientes señores:

·         Carlos Pavez Toloza (como superintendente de valores y seguros), mediante  cartas enviadas el 14.09.2015, 13.11.2015, 11.12.2015, 08.01.2016, 05.12.2016, 12.01.2017, 24.02.2017 y 21.06.2017.

·         Osvaldo Macías Muñoz (como intendente de seguros de la SVS, actual superintendente de pensiones), mediante cartas enviadas el 14.09.2015, 08.01.2016, 05.12.2016 y 12.01.2017 (recibida esta última por Daniel García Schilling).

·         Daniel García Schilling (como intendente de seguros de la SVS), mediante  carta de fecha 24.02.2017.

·         Rodrigo Vergara Montes (como presidente del Banco Central), mediante cartas enviadas el 09.10.2015, 15.01.2016, 05.12.2016 y 12.01.2017.

·         Rodrigo Valdés Pulido (como ministro de Hacienda), mediante cartas enviadas el 05.12.2016, 12.01.2017 y 21.06.2017.

·         Joaquín Cortés (presidente de la CMF, junto con todos los comisionados), mediante carta enviada el 24.04.2018, en la cual se adjuntó todo el set de cartas anteriores.

Las respuestas que recibí a algunas cartas, sin excepción, fueron del tipo “agradecemos su preocupación”, y me remitían a la normativa que regula a las CSV, cuando lo que planteaba era que precisamente la normativa estaba errada (y lo sigue estando). Y con eso daban por cerrado el caso. No recibí ningún argumento en contra.

La situación de las CSV se puede ejemplificar con la de un enfermo de cáncer, de apariencia saludable gracias al oxígeno que le provee la autoridad mediante una falsa contabilidad. Como se trata, entonces, de una bomba que muy probablemente no explotará en la administración de turno, el problema se patea pa’ delante.

Un problema que es también una “oportunidad de oro”

El retiro del 10% de las RV se da en el contexto señalado precedentemente. Situación que, por cierto, complica más las cosas para estos muertos caminando que son las CSV.

Lo paradójico de esta situación es que este problema podría ser, al mismo tiempo, maquiavélicamente, un as bajo la manga para las CSV.

Permítanme ponerme mal pensado por un momento. A estas alturas no es un ejercicio tan surrealista. El tema de la insolvencia ha sido tratado en directorios en más de una CSV. La pauta obvia en dichas reuniones fue conocer de qué se trata el problema y que implicaría valorizar correctamente los pasivos por RV utilizando la tasa libre de riesgo pura, sin premios.

Si hicieron el ejercicio, el director “Maquiavelo” recordó la película Margin Call, cuando el máximo jefe plantea la necesidad de salirse antes que la música termine, con el fin de sobrevivir. El director diría que en un futuro próximo, cuando quede en evidencia la insolvencia y caiga la primera CSV, la excusa perfecta será el “daño irreparable” que el retiro del 10% tuvo en la compañía.

El director “Sun Tzu” aconsejaría aprovechar la ilegalidad del retiro del 10% y lanzar la caballería legal y demandar al Estado de Chile por daños y perjuicios. Con la indemnización, tenemos la ruta de salida de este podrido negocio, diría. En una de esas –concluiría- le vendemos el negocio al Estado de Chile. Golazo de media cancha.

El director “Gondon Gecko” diría que con la indemnización, más todos los dividendos que la vaca lechera ha dado, la CSV ha recuperado con creces el capital invertido más un jugoso retorno. El capital del balance es hoy, en definitiva, plata generada por el propio negocio. Y sin contar las asesorías y comisiones pagadas a empresas relacionadas. Más encima –diría-, si consideramos la coyuntura actual, quizás en qué va a parar la reforma al sistema de pensiones bajo la premisa de una pensión digna plasmada en la nueva Constitución. Por lo tanto, concluiría, es hora de salirse.

Dejando de ser mal pensados, y volviendo al ejemplo burdo, pero válido y explicativo del enfermo de cáncer. Las compañías de seguros de vida son como un enfermo de cáncer de larga data y sin punto de retorno. El retiro del 10% vendría siendo como el coronavirus. ¿Cuál será la causa de muerte? ¿Qué dirá el acta de defunción? De coronavirus, dirán todos los implicados. Tanto a la CMF como a las propias CSV les sirve esta acta de defunción que esconde el real diagnóstico (CMF y CSV unidas, ¡jamás serán vencidas!). Nadie va a sospechar nada.

De haber indemnizaciones –a pesar de que incluso podrían ser justas en el mérito judicial del caso específico-, podrían ser usadas maquiavélicamente como una astuta “solución de salida” que permitiría lavarse las manos a todos los Pilatos que a sabiendas, permitieron y siguen vendiendo rentas vitalicias que no son tal. Porque cuando ocurra la debacle real, el chivo expiatorio será la jurisprudencia en contra del Estado de Chile. Y todos los chilenos adoptaremos el apellido Moya.

Iván Rojas B.