Mañana será la reunión del Banco Central. Muchos han planteado que, dada la última cifra de IPC mayor a lo esperado, el Banco Central debería subir la tasa de interés (¿25 puntos base?) para de esta forma mantenerse dentro del rango meta. Algunas consideraciones:
1) Las presiones de precios (no necesariamente inflacionarias todavía) han venido principalmente por factores exógenos, como por ejemplo los mayores precios de energía y alimentos, los que inciden en los costos de muchas empresas. Un aumento en la tasa de interés podría aliviar esta supuesta presión inflacionaria, pero por la vía de frenar la economía. Aumentar la tasa no incide en el elevado precio de la energía, el cual se mantendría “alto”.
2) El IPC sobreestima la “verdadera” inflación, por lo que aún no habría necesidad de estar nerviosos. Tres razones: a) el IPC no refleja el efecto sustitución, porque ante un aumento en el precio de un producto, el cálculo de IPC lo multiplica por el “q” del año base; b) la encuesta se hace en el mismo lugar siempre, no refleja en forma directa toda la oferta; c) los productos nuevos que entran en la canasta del IPC lo hacen cuando ya han bajado de precio.
3) Es bueno tener un poco de inflación para así ajustar en forma natural algunos precios relativos, como los salarios reales.
¿Qué pasaría si el banco central no sube la tasa de interés? Me atrevería a adelantar que nada malo, y no me sorprendería que esto pasara mañana. Me parece razonable poner paños fríos y no sobrereaccionar ante un dato en particular: mantener la tasa de interés, pero a la vez aprovechar de enviar una señal clara sobre el tipo de cambio real, que debería ajustarse a la baja. Pero al parecer el mercado espera otra cosa, y asume que el Banco Central hará lo posible por mantener su credibilidad…
miércoles, 11 de julio de 2007
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