martes, 2 de octubre de 2007

Del peso al dólar chileno, una reforma monetaria sugerida







Cuando una vendedora de Beijing me preguntó sobre la moneda de mi país y el cambio de ésta versus el Yuan (o Remimbi), le contesté que aproximadamente $70 equivalían a 1 Yuan. Su reacción daba que pensar: algo sorprendida y con una expresión que reflejaba que mi moneda en realidad valía poco. Algo parecido le ocurrió a un amigo cuando él le comentó a un estadounidense que cerca de $700 (de aquel tiempo) podían comprar US$1.

Pero lo curioso es que en el primer caso, en realidad un chileno medio gana más que su par chino, corregido por paridad de poder de compra. El punto es que la conversión no nos favorece porque el “corte” que le damos a nuestra moneda como unidad de medida en relación a las demás es la menor denominación disponible, es decir, $1.

En nuestro país prácticamente no se puede comprar algo con $1 ó $5. Para efectos prácticos, la unidad mínima relevante probablemente sea la moneda de $10. Entonces, una reforma monetaria sugerida: que los actuales $1.000 se conviertan en una nueva moneda chilena (¿dólar chileno?), divisibles en 100 centavos equivalentes cada uno a $10 que conocemos hoy. Así, nuestra moneda se transaría, por ejemplo a aproximadamente CH$0,5 por dólar o 14 Yuanes por CH$1.

En estricto rigor, el ejercicio aritmético anterior no tendría efecto real en el desempeño del país y sus cuentas macro, pero dicha conversión elevaría psicológicamente la moneda chilena a una posición más importante, dejando de ser “tan tercermundista”.

La idea no es nueva: Milton Friedman ya la había propuesto hace más de treinta años con el fin de combatir la inflación. Una sugerencia que hoy día puede tener una segunda aplicación, dentro de un nuevo contexto.

No hay comentarios: