miércoles, 10 de octubre de 2007

Las repúblicas de Banana y Eficiente


Había una vez, dos países, las repúblicas de Banana y Eficiente, muy distintos entre sí. El primero presentaba una economía agrícola básica poco abierta y sin mucho valor agregado. El segundo, en cambio, paulatinamente se fue haciendo más productivo, relacionado con el mundo globalizado. En resumen, era más competitivo y eficiente, con una institucionalidad que funcionaba relativamente bien, buen nivel de infraestructura y su capital humano más capacitado. Dicha eficiencia la podía “sentir” un turista que visitara ambos países: su dinero le rendía mucho más en Bananero que Eficiente, donde todo tipo de servicio no transable era “barato”: alojamientos, comidas, diversión, cortes de pelo, ropa hecha localmente y otros.

La república de Banana se dio cuenta que se estaba quedando atrás y empezó agresivamente a hacer cambios importantes, siguiendo el modelo de Eficiente. Con el correr de muchos años, su moneda –del dólar bananero– se fortaleció. La brecha en el precio de los servicios no transables entre ambas repúblicas era más pequeña que la de años atrás…era lógico pensar que esto pasaría. Incluso, ahora, Banana tenía un sector exportador más desarrollado, que gracias a los avances del país podía competir mejor en el exterior. A pesar de enfrentar una moneda más apreciada, a ningún exportador de este país se le habría pasado por la mente volver atrás, cuando su tipo de cambio era mayor.

Pero con el tiempo estas cosas se fueron olvidando, y los exportadores se pusieron nerviosos con la moneda muy fuerte. “Tenemos ingresos en dólares y costos en moneda local, y perdemos competitividad”, decían, olvidando que esencialmente la productividad es la que determina dicha competitividad.

El ministro de Hacienda de la república de Banana manifestó que un crédito en moneda local del Gobierno haría que el dólar se fortaleciera frente al dólar bananero, dando una señal a los exportadores. La medida difícilmente revertiría todo el proceso que durante años venía haciendo Banana. Su capital humano se estaba revalorizando, y probablemente lo seguiría haciendo. La visión contable del ministro –de entradas y salidas de divisas, de diferenciales de tasas y otras– probablemete era correcta en el cortísimo plazo, pero no estaba considerando la fuerza que sustentaba la moneda más fuerte, que decía que su país valía más en el contexto mundial.
A veces, los árboles impiden ver el bosque.

No hay comentarios: