Se dice que nos han abandonado, que son viejos, que son inestables, que ya no sirven como instrumento de política monetaria. Tanto así, que el propio Friedman señaló hace algunos años que “el uso de los agregados monetarios como objetivo no ha sido un éxito”.
La evidencia internacional ha mostrado que en países industrializados con baja inflación en los cuales la cantidad de dinero (M1A) ha crecido aceleradamente en ciertos períodos de tiempo más o menos prolongados, no se ha generado como consecuencia una mayor inflación o su impacto no es significativo. Por lo tanto, se plantea que basar la política monetaria en los agregados monetarios podría no ser correcto y, más aún, conduciría a recomendaciones incoherentes con el objetivo de mantener la inflación dentro del rango meta.
Pero a riesgo de ser anticuados en el análisis, quizás convenga revisar, aunque sea como antecedente general, que ha pasado en Chile con los agregados monetarios: el M1A creció como promedio un 18% nominal (variación a doce meses) el año pasado. Una tasa que podría ser considerada alta dados el crecimiento del producto y la inflación asociadas. Y aunque la expansión “debería” ser más moderada en otros agregados monetarios (M2 y M3), parece no ser este el caso, porque el M2 y M3 crecieron como promedio a 20% y 15% nominal anual durante el año 2007, respectivamente. Esto algo nos tendría que decir.
La evidencia internacional ha mostrado que en países industrializados con baja inflación en los cuales la cantidad de dinero (M1A) ha crecido aceleradamente en ciertos períodos de tiempo más o menos prolongados, no se ha generado como consecuencia una mayor inflación o su impacto no es significativo. Por lo tanto, se plantea que basar la política monetaria en los agregados monetarios podría no ser correcto y, más aún, conduciría a recomendaciones incoherentes con el objetivo de mantener la inflación dentro del rango meta.
Pero a riesgo de ser anticuados en el análisis, quizás convenga revisar, aunque sea como antecedente general, que ha pasado en Chile con los agregados monetarios: el M1A creció como promedio un 18% nominal (variación a doce meses) el año pasado. Una tasa que podría ser considerada alta dados el crecimiento del producto y la inflación asociadas. Y aunque la expansión “debería” ser más moderada en otros agregados monetarios (M2 y M3), parece no ser este el caso, porque el M2 y M3 crecieron como promedio a 20% y 15% nominal anual durante el año 2007, respectivamente. Esto algo nos tendría que decir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario