Dos escenarios posibles –algo extremos- de aquí a seis meses. Intuitivamente, asigne Ud. la probabilidad de ocurrencia de cada uno, considerando la escasa información relevante que hasta ahora se encuentra disponible (o que no se ha analizado). Haga su apuesta.
Escenario 1. El pánico ha pasado. Las bolsas recuperan gran parte del valor perdido porque el mercado recuerda que son los fundamentos los que prevalecen. El petróleo se cotiza en torno a los USD 100 el barril. Estados Unidos crece poco, pero crece. China e India siguen imparables. Las tasas de interés de las principales economías mundiales aun permanecen bajas. El precio del cobre se recupera. En Chile, además, el peso se fortalece, en línea con la senda de un menor tipo de cambio real; se restablece el crédito y los proyectos se revitalizan: la maquinaria productiva empieza a andar normalmente, después de una pausa casi innecesaria.
Escenario 2. La sobre-reacción contagia gravemente al sector real. La iliquidez se traduce en altas tasas de corto y largo plazo. La principal economía del mundo se desacelera seriamente y arrastra al resto. El precio del cobre se desploma a USD 1,5 la libra. Se proyecta un 2009 con una caída del PIB mundial. La inversión disminuye considerablemente y el desempleo alcanza los dos dígitos en el mundo desarrollado y también, por cierto, en Chile, donde, además, el peso sigue devaluado.
Probablemente la balanza este más cargada al primer escenario que al segundo. ¿70% - 30%? Las sorpresas seguirán, pero no podrán en jaque al sistema. Dejemos para el fútbol a los maniaco-depresivos.
¿Vaso medio lleno o medio vacío? Sorprende ver como la cautela, que raya en temor, anula hasta el más mínimo grado de afinidad al riesgo, que casi por definición lo lleva el empresario en la sangre.
Y dicho sea de paso, si bien podría haber algo de sobrevaloración en las acciones locales previo a las últimas turbulencias, la considerable pérdida de patrimonio bursátil que importantes empresas chilenas han tenido recientemente no se condice con sus fundamentos, ¿o cree “normal” que una compañía valga la mitad en poco tiempo? ¿Se dividieron por dos todas las celdas del Excel en la evaluación? Si hay algo bueno del pánico, es que ahora sería un buen momento para salir de compras a la bolsa… y, por qué no decirlo abiertamente, aprovechar de cambiarse al fondo A de pensiones.
“Y la lluvia caerá… luego vendrá el sereno”, dice el coro de una antigua canción.
Escenario 1. El pánico ha pasado. Las bolsas recuperan gran parte del valor perdido porque el mercado recuerda que son los fundamentos los que prevalecen. El petróleo se cotiza en torno a los USD 100 el barril. Estados Unidos crece poco, pero crece. China e India siguen imparables. Las tasas de interés de las principales economías mundiales aun permanecen bajas. El precio del cobre se recupera. En Chile, además, el peso se fortalece, en línea con la senda de un menor tipo de cambio real; se restablece el crédito y los proyectos se revitalizan: la maquinaria productiva empieza a andar normalmente, después de una pausa casi innecesaria.
Escenario 2. La sobre-reacción contagia gravemente al sector real. La iliquidez se traduce en altas tasas de corto y largo plazo. La principal economía del mundo se desacelera seriamente y arrastra al resto. El precio del cobre se desploma a USD 1,5 la libra. Se proyecta un 2009 con una caída del PIB mundial. La inversión disminuye considerablemente y el desempleo alcanza los dos dígitos en el mundo desarrollado y también, por cierto, en Chile, donde, además, el peso sigue devaluado.
Probablemente la balanza este más cargada al primer escenario que al segundo. ¿70% - 30%? Las sorpresas seguirán, pero no podrán en jaque al sistema. Dejemos para el fútbol a los maniaco-depresivos.
¿Vaso medio lleno o medio vacío? Sorprende ver como la cautela, que raya en temor, anula hasta el más mínimo grado de afinidad al riesgo, que casi por definición lo lleva el empresario en la sangre.
Y dicho sea de paso, si bien podría haber algo de sobrevaloración en las acciones locales previo a las últimas turbulencias, la considerable pérdida de patrimonio bursátil que importantes empresas chilenas han tenido recientemente no se condice con sus fundamentos, ¿o cree “normal” que una compañía valga la mitad en poco tiempo? ¿Se dividieron por dos todas las celdas del Excel en la evaluación? Si hay algo bueno del pánico, es que ahora sería un buen momento para salir de compras a la bolsa… y, por qué no decirlo abiertamente, aprovechar de cambiarse al fondo A de pensiones.
“Y la lluvia caerá… luego vendrá el sereno”, dice el coro de una antigua canción.
1 comentario:
Excelentes descripciones. Dos escenarios que pueden ocurrir, pero, ¿por qué no uno intermedio a corto plazo?. De todas maneras yo me quedo con el primer, sobre todo para Chile, ya que la estacionalidad está de nuestro lado.
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