Se han anunciado una serie de medidas de ayuda concreta a los desafortunados habitantes de Chaitén y sus alrededores, las que van principalmente desde un bono de $500.000 por familia, asignaciones familiares, becas, bonos por la ganadería dañada, hasta ahora último un fondo adicional para pagar el mes de garantía de los arriendos interinos.
Dicha ayuda sin duda que se agradece, pero claramente resulta insuficiente: ¿qué va a pasar en tres meses más, cuando esos dineros sean gastados por completo? Lo más importante (y preocupante) es que hasta ahora parece que no se apunta en forma directa a reponer una unidad económica completa que se vio afectada significativamente, si no prácticamente destruida en el corto plazo.
Sólo a modo de ejemplo para tener cifras de referencia. Supongamos que se debiera reconstruir el pueblo completo para las 4.000 personas afectadas, probablemente en otro lugar cercano. Si asumimos una densidad de unos 50 habitantes por hectárea (menor que la de Santiago), habría que construir unas 80 hectáreas (¿un desarrollo habitacional “grande” en Santiago?). El costo de macro y microurbanización (unos 0,5 UF/M2, que incluyen básicamente calles, alcantarillado y electricidad) sería de USD 17 millones. Agreguemos ahora las casas: mil viviendas a un costo unitario para el Minvu de $15 millones sumarían unos USD32 millones. Es decir, en total, con USD 49 millones se repone la unidad básica económica.
Ciertamente que las cifras se pueden revisar, pero lo anterior constituiría un buen punto inicial para una discusión seria sobre la solución de fondo. Tampoco es necesario que sea el Estado el que deba hacer lo anterior. Se puede seguir el ejemplo de Estados Unidos con que dio un subsidio a las familias de New Orleans para que ellas decidieran donde ubicarse.
El punto es que estamos hablando de mucho más dinero del que ahora se ha puesto sobre la mesa. ¿Resulta muy descabellado el plan anterior? No tanto, si consideramos que los USD 30.000 millones que el Estado posee en el exterior, al 3%, generarían unos USD 900 millones al año. La TIR del “proyecto Chaitén” es mucho mayor.
Las emergencias no se prevén. Que no pase lo mismo con las soluciones.
Dicha ayuda sin duda que se agradece, pero claramente resulta insuficiente: ¿qué va a pasar en tres meses más, cuando esos dineros sean gastados por completo? Lo más importante (y preocupante) es que hasta ahora parece que no se apunta en forma directa a reponer una unidad económica completa que se vio afectada significativamente, si no prácticamente destruida en el corto plazo.
Sólo a modo de ejemplo para tener cifras de referencia. Supongamos que se debiera reconstruir el pueblo completo para las 4.000 personas afectadas, probablemente en otro lugar cercano. Si asumimos una densidad de unos 50 habitantes por hectárea (menor que la de Santiago), habría que construir unas 80 hectáreas (¿un desarrollo habitacional “grande” en Santiago?). El costo de macro y microurbanización (unos 0,5 UF/M2, que incluyen básicamente calles, alcantarillado y electricidad) sería de USD 17 millones. Agreguemos ahora las casas: mil viviendas a un costo unitario para el Minvu de $15 millones sumarían unos USD32 millones. Es decir, en total, con USD 49 millones se repone la unidad básica económica.
Ciertamente que las cifras se pueden revisar, pero lo anterior constituiría un buen punto inicial para una discusión seria sobre la solución de fondo. Tampoco es necesario que sea el Estado el que deba hacer lo anterior. Se puede seguir el ejemplo de Estados Unidos con que dio un subsidio a las familias de New Orleans para que ellas decidieran donde ubicarse.
El punto es que estamos hablando de mucho más dinero del que ahora se ha puesto sobre la mesa. ¿Resulta muy descabellado el plan anterior? No tanto, si consideramos que los USD 30.000 millones que el Estado posee en el exterior, al 3%, generarían unos USD 900 millones al año. La TIR del “proyecto Chaitén” es mucho mayor.
Las emergencias no se prevén. Que no pase lo mismo con las soluciones.
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