https://www.elmostrador.cl/destacado/2020/07/10/proyecto-de-retiro-del-10-de-los-fondos-de-las-afp-un-engendro/
Y la Cámara aprobó el proyecto
que permitiría retirar el 10% de los fondos de las AFP. Algunos aplauden y
otros suspiran. Lamentables ambos, porque los primeros ven en esto un paso para
el desplome de un sistema al cual le imputan -justa pero también muy
injustamente- la generación de bajas pensiones, y los segundos porque le prendieron velitas y
dotaron de facultades y poderes mágicos al mercado de capitales, y vendieron el
sistema de capitalización individual como una solución íntegra, en vez de una
“ayuda para la vejez”. Este exceso de marketing
ahora les pasó la cuenta; dejaron que las expectativas se dispararan y apagaron
el incendio con bencina.
Como sea, un sector político
capitalizó este triunfo y cacarea por doquier. A río revuelto, ganancia de
pescadores.
Y ahora nos encontramos con este
proyecto mal hecho: un retiro de una parte de los fondos, a la chilena. ¿Por qué? Porque
en vez de sentarse a repensar el modelo global y rediseñar un sistema que
contemple retiros en base a ciertos parámetros conceptuales generales que se
pueden dar ahora, en 10 o 20 años más, nació este engendro para enfrentar la
coyuntura. Con este proyecto quedan varias dudas: ¿Por qué el 10% y no otro
porcentaje? Porque a algún iluminado se le ocurrió que eso era “razonable”; ¿Y
qué pasará cuando venga otra pandemia u otra crisis? ¿Y por qué no abordar el
tema de una enfermedad grave? ¿Y debe ser necesariamente para enfrentar una
emergencia? ¿Quién determina qué es y qué no es una “emergencia”? Y así tantas
otras preguntas que este limitado proyectito no responderá.
En la columna “La tentación del
retiro del 10% del fondo de las AFP” (https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/columnas/2020/07/03/la-tentacion-del-retiro-del-10-del-fondo-de-las-afp/),
señalé que sí estoy de acuerdo con retirar una parte de los fondos de la AFP,
tanto durante como al final de la vida laboral, sujeto a ciertos parámetros, y
con la plena conciencia (léase costo) y libertad de cada afiliado.
Lo que se propone hoy es un
retiro voluntario del 10% del fondo acumulado de la cuenta individual, con un
máximo de UF150 ($4,3 millones) y un mínimo de UF35 ($1 millón). Si el ahorro
acumulado de un afiliado no supera las UF35, podría retirar todo. Como la
mayoría de los afiliados ha ahorrado poco (en efecto, el saldo promedio de la
cuenta de ahorro individual es $11,4 millones, y el 50% de los afiliados tiene
acumulado menos de $4 millones), va a haber muchos casos que la racionalidad
económica indicará lo obvio: retirar todo, porque las personas saben que no
alcanzarán a ahorrar un monto suficiente que les permita obtener una pensión
mayor a la pensión básica solidaria. Resultado: un subsidio de papá Estado, sin
costo efectivo para gran parte de los afiliados; más déficit. Este engendro
olvidó una premisa esencial: para que el retiro de los fondos tenga una cierta
coherencia económica, la decisión debe estar acompañada de un costo de
oportunidad.
Sistema de capitalización individual:
fuiste una buena idea, pudiste ser grande y admirado, pero te marketearon mal, y los perros
hambrientos aprovecharon la oportunidad y no soltaron la presa. Descansa en
paz.
Iván Rojas B.
No hay comentarios:
Publicar un comentario