jueves, 17 de diciembre de 2015

Pensiones: Comisión Bravo y la trampa de la tasa de interés/descuento


Una de las variables más importante –¡o la más importante!-, en el análisis, diseño y estrategia de un sistema de pensiones es la tasa de interés a aplicar a los flujos en las proyecciones de valores futuros de fondos acumulados y, el mismo problema desde otro ángulo, la tasa de descuento a aplicar a los flujos futuros comprometidos para determinar el valor presente del pasivo. El primer problema se relaciona más con los ahorros en las AFP en el período previo a jubilar; el segundo, se relaciona más con el cálculo de la deuda por Renta Vitalicia (RV) que las Compañías de Seguros de Vida (CSV) ofrecen a sus afiliados, en el período post jubilación.
Se entiende que un sistema de pensiones debería ser diseñado para operar con cero riesgo de no pago. De hecho, la propia Comisión Bravo señala que “debe garantizar los medios suficientes para la vejez”. En el primer problema señalado en el párrafo anterior (el de las proyecciones) la Comisión utilizó un retorno esperado de 4% anual para hacer las proyecciones de fondo acumulado, tasa de reemplazo, entre otros. Como se señaló en la columna “lo malo de la Comisión Bravo”, lo conceptualmente correcto y coherente con el objetivo de “asegurar beneficios a las futuras generaciones” es proyectar flujos usando una tasa libre de riesgo y no un retorno esperado, porque utilizar el retorno promedio no es contar el cuento completo: el peor escenario es terminar con pérdidas, y eso es contradictorio con asegurar beneficios. ¿Se le dice eso sin tapujos a los afiliados? Además, la trampa del retorno esperado (y del histórico “alto” retorno promedio obtenido) contribuye a generar expectativas, y los tiempos no están para jugar con la ciudadanía.
Pero en el segundo problema (el de calcular valores presentes), un análisis de las RV ofrecidas por las CSV deja entrever elementos de riesgo sistémico, cuyo contagio puede abarcar todo el mercado de capitales local, la cadena de pagos, riesgo país y costo financiero internacional, entre otros. Recordemos que la Comisión propuso eliminar el Retiro programado y dejar todo como RV, por lo que se hubiese esperado un análisis de riesgo de las CSV. En los cálculos que hace la Comisión Bravo se asume una tasa de 2,99% en el retiro programado, que compite con la RV. La pregunta que hay que hacerse es: ¿es esta una tasa libre de riesgo, coherente con la realidad internacional y riesgo país y coherente con un diseño de sistema que garantice el pago de las pensiones? Me parece que no. ¿Podría una CSV estar ofreciendo RV con tasas mayores a las tasas de mercado de instrumentos estatales? La respuesta es sí, y desde hace varios años. Entonces, la única forma de pagar estas pensiones es asumiendo riesgo en las inversiones, y al asumir riesgo, por definición, se pierde el componente "seguridad" del modelo.
 
En mi libro "la Magia del Sistema de Pensiones" (disponible copia digital gratuita llamando al 226110440) planteo que a la queja de la ciudadanía por las bajas pensiones, se agrega otro factor, incluso de mayor importancia, y es que los riesgos asumidos podrían llevar a que incluso las RV no se paguen en su totalidad. Los controles de la Autoridad son ineficientes e incluso contraproducentes; no apuntan a dar certeza en el pago de las pensiones. Los modelos de supervisión basado en riesgo no están cumpliendo su rol, porque se ha descuidado principalmente el efecto que tienen las bajas tasas de interés en valorizar correctamente los pasivos de las CSV. Los test de supervisión incluso hacen trampa al no valorizar los pasivos a una tasa de cero riesgo, permitir que se ajusten a las mayores expectativas de vida en cómodas cuotas anuales y permitir inversiones riesgosas. Y el capital de respaldo es insuficiente: si las CSV valorizaran sus pasivos siguiendo pautas puras libres de riesgo terminarían con PATRIMONIO NEGATIVO. Si a esto agregamos que castiguen sus activos aplicando el Equivalente Cierto de cada uno o exigir un Estado de Resultado Económico ajustado a cero riesgo, la situación empeora.
 
En el modelo de las inversiones de las AFP, previo a jubilarse, se permite riesgo en las inversiones, situación que es totalmente discutible porque no hay magia en la dimensión riesgo-retorno y por las promesas implícitas que se han hecho al estimar valores futuros usando retornos esperados. Con todo, y en estricto rigor, este riesgo lo asume el afiliado en su eventual menor fondo final acumulado. Pero en las RV de las CSV ya se ha asumido un compromiso ineludible con los pensionados, hay una promesa explícita que se debe cumplir contra viento y marea. Por lo tanto, si ya es discutible que las AFP asuman riesgo, ¡con mayor razón lo es para las CSV!
 
Lamentablemente, el error conceptual de la tasa de interés/descuento no es solo de la Comisión Bravo. El problema es más que un conumdrum, es una verdadera trampa.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Imperfecciones de mercado y papel de la FNE



http://www.elmostrador.cl/mercados/2015/11/18/imperfecciones-de-mercado-y-el-papel-de-la-fne/


En una economía pequeña como la nuestra, donde la implementación del “modelo” se alejó de su diseño original de efectiva competencia, existen equilibrios sub óptimos con sectores que muestran alta concentración y barreras de entradas. Si agregamos la relación de amor con la política (léase, lobby y financiamiento para perpetuar el cómodo confort), se genera toda suerte de abusos hacia el consumidor, proveedores, competidores más pequeños e inversionistas del mercado de capitales. En economía la palabra abuso no existe; sí existe la expresión imperfecciones de mercado.

Los equilibrios se dan. El equilibrio duopólico de Cournot dice que dos actores se reparten el mercado, llegando a una situación final donde la cantidad producida es menor que la de competencia; Bertrand plantea algo similar, pero la variable de ajuste es el precio; por el lado de la teoría de juegos, John Nash nos dice que cada “jugador” analiza las distintas alternativas y selecciona aquella estrategia que domina al resto. Chile es un ejemplo de texto, porque aunque no haya acuerdo tácito entre cuatro paredes -o entre carros de bomberos, lo que está penalizado- es útil recordar que los equilibrios se dan y esta no es la excepción. No es necesario tener emails, llamados telefónicos o reuniones que respalden los carteles para darse cuenta que existen y recién entrar a atacarlos.

La FNE ha señalado que se requieren pruebas sólidas que demuestren la colusión. Pero es interesante notar que, en el marco del caso CMPC, la FNE imputa la colusión basándose en el Art. 3 del DL 211, donde la conducta que aquí se describe es bastante amplia: se refiere a cualquier hecho, acto o convención que restrinja o entorpezca la libre competencia, o que tienda a producir dicho efecto. Es decir, ya la intención de alejarse de la competencia es sancionada. El mismo cuerpo legal indica que la colusión es sólo un ejemplo de estos hechos o actos.

¿Qué hará la FNE en mercados donde no hay (hasta ahora) pruebas explícitas de colusión, pero es evidente que falta competencia? Se me ocurre, por mencionar solo un ejemplo, las excesivas tasas de interés en los créditos de consumo, Banco y Retail, donde incluso hay otras aristas “complicadas”, porque bien calculado muchas veces se excede la Tasa Máxima Convencional, hay ventas atadas y han emitido papeles en el mercado de capitales.

El verdadero papel de la FNE es ser el guardián de la competencia: analizar todos los sectores y comparar sus resultados (precio y cantidad) con los que deberían ser bajo un ambiente competitivo. Varias sorpresas nos llevaríamos. Si hay o no emails de respaldo es algo secundario.


Iván Rojas B.

Lo bueno, lo malo y lo feo de la Comisión Bravo; Hoy, lo feo




http://www.elmostrador.cl/mercados/2015/10/22/lo-bueno-lo-malo-y-lo-feo-de-la-comision-bravo-hoy-lo-feo/


Ahora lo feo. Lo feo tiene que ver con que la Comisión Bravo no abordó el tema de las pensiones desde una perspectiva global, es decir, no analizó a fondo el proceso que tiene que ver con la etapa posterior a jubilarse, salvo comentar -acertadamente y sin tapujos- que las bajas tasas de reemplazo son y seguirán siendo una realidad. Ahora bien, ¿y qué pasaría si esas ya bajas pensiones no se pagan en su totalidad? En concreto, las Comisión no estudió la situación de riesgo que existe en las Compañías de Seguros de Vida (CSV) en las Rentas Vitalicias (RV) ofrecidas, modalidad preferida a la hora de jubilarse.
 

Es más, dentro de las propuestas, la Comisión Bravo propuso (N°49) eliminar el Retiro Programado y dejar todo en Rentas Vitalicias; señaló que en la primera opción el afiliado asume el riesgo de mayor longevidad y el monto de la pensión es decreciente en el tiempo, mientras que en la segunda estaría cubierto ante el riesgo de longevidad y de reinversión de los fondos porque estos riesgos los asume la compañía de seguro y el monto de la pensión es fija en UF. Cualquier lector incauto podría creer que el problema estaría solucionado si cambiamos todo a RV. Lamentablemente la magia no existe.
 

¿Qué pasa si la CSV no puede pagar el compromiso adquirido debido a un real riesgo de insolvencia? Eso se echó de menos en el informe, un análisis de la etapa post-jubilación, donde las CSV tienen un rol importante, y por lo tanto, si se plantea que se quiere dejar todas las pensiones en sus manos, debería por lo menos hacerse un correcto balance de riesgos, porque, si hay un error, significa jugar con fuego. Especialmente si la propia Comisión  visualizó que existe riesgo de insolvencia de las CSV y que el sistema actual no recoge adecuadamente todos los riesgos. ¿Aún así insistió en dejar la administración de dichos fondos en manos peligrosas, donde se reconoció que “el requerimiento de capital recoge en forma limitada el riesgo por las obligaciones en venta de las RV y no considera el riesgo proveniente de los activos ni el riesgo operacional”?
 

Para cubrir ese flanco, parece que la Comisión se quedó tranquila con que la nueva regulación de Capital Basado en Riesgo de las CSV “plasma el espíritu de la propuesta” pero no analizó si realmente esto soluciona el real riesgo de insolvencia. Porque la eficacia de los test de Capital Basado en Riesgo dependerá de los parámetros que se usen para medir. Las señales que la SVS ha dado respecto de esto no apuntarían al debido resguardo de las pensiones porque, en mi opinión, no se estaría reflejando el verdadero balance de riesgos; incluso más, algunas instrucciones o circulares apuntan en la dirección contraria al criterio conservador que se debería seguir.
 

El principal elemento de análisis es el efecto que la caída en la tasas de interés produce en los activos y pasivos de las CSV. Si bien se ha hablado del tema, el conundrum (Greenspan,  2005) aún no se despeja y, en particular al caso de las CSV, aún existe una nebulosa y no se ha profundizado en las conclusiones que de ello se desprenden, a saber:  

·         El efecto más relevante de la caída en la tasa de interés de cero riesgo es el considerable aumento en el valor económico de los pasivos de las CSV. Estos pasivos son compromisos adquiridos con pensionados, es decir, por diseño se debe cumplir en su pago a todo evento y, por lo tanto, deben ser descontados a la tasa libre de riesgo. Hoy eso no ocurre.

·         La constante reestructuración del portfolio de inversiones tiene implícito que gran parte de la ganancia de capital generada por el aumento del valor de los instrumentos (originados por la caída en la tasa de interés) ya haya sido incorporada en los balances de las CSV... ¡y distribuida como dividendos! Por lo tanto, los activos estarían más o menos correctamente contabilizados a precios de mercado, pero parte importante de éstos no son libres de riesgo, mientras que, como señalé en el punto anterior, los pasivos estarían considerablemente subvalorados. Consecuencia: PATRIMONIO NEGATIVO.

·         La prolongación de este escenario de bajas tasas (de cero riesgo) podría intensificar el proceso de búsqueda de mayor retorno y agravar aún más el problema: se requiere cumplir el compromiso de la rentabilidad ofrecida “segura” de una RV en un escenario en que los activos libres de riesgo tienen tasas cero o incluso negativas en el mundo. Chile no es -ni será- la excepción; diferencias de tasas locales versus externas en instrumentos estatales chilenos debería llevarnos a reflexionar sobre las imperfecciones de mercado, los equilibrios y de cómo se relacionan con un diseño de modelo de pensiones lo más seguro posible.

·         Si la situación anterior es cierta (argumento que creo firmemente), estaríamos en un punto de no retorno donde la continuación operacional de las CSV tiene ribetes de consecuencias insospechadas ¿Se debería permitir seguir vendiendo RV a sabiendas que hoy están con patrimonio negativo?

·         El efecto indirecto, de igual o mayor magnitud, es el contagio al resto del mercado de capitales y al sector real; pánico que una vez generado, es extremadamente difícil de controlar.
 

Destaco el gran trabajo de la Comisión Bravo en su informe. Respecto de lo quedó pendiente, sería un muy buen encargo presidencial para una Comisión Bravo 2.0.


Iván Rojas B.

Lo bueno, lo malo y lo feo de la Comisión Bravo; Hoy, lo malo (Parte II)



http://www.elmostrador.cl/mercados/2015/10/13/opinion-lo-bueno-lo-malo-y-lo-feo-de-la-comision-bravo-hoy-lo-malo-2/

Segunda parte de “lo malo”. Centrémonos, ahora, en propuestas específicas. 

Propuestas 9 y 10: Nueva cotización adicional de 4% de cargo del empleador. Si se descuenta del sueldo (“de cargo del empleado”) o si lo paga el empleador, es una “forma de decir”, que cualquier estudiante de primer año de economía podría refutar. ¿Quién paga un impuesto? Dependerá de las elasticidades de oferta y demanda por trabajo; las contrataciones incorporarán este mayor costo empresa, por ambos lados. Aclarado el punto, el aumento de 4% es insuficiente. En el libro “La Magia del Sistema de Pensiones” (copia digital gratuita al 226110440) planteo que, en un escenario de cero riesgo, la única forma en que el sistema logre pensiones equivalentes a un 70% del sueldo promedio de los últimos años, es duplicar el porcentaje de descuento actual y postergar en por lo menos 5 años la edad de jubilación, como mínimo, Ambas en paralelo, y sin lagunas previsionales. Después de 34  años de establecido el sistema, es prudente que empecemos a sincerar las cifras.

Propuesta 23: Dejar decisiones de inversión en un consejo técnico. Este comité no tendrá capacidad superior de análisis ni market timing, es decir, capacidad para predecir la evolución de los precios de los activos y anticiparse para obtener ganancias. La bola de cristal no existe. Si el comité de expertos fuera tan eficiente en ganarle permanentemente al mercado, no estaría trabajando allí. Por lo tanto, en equilibrio y eficiencia, conceptos básicos sobre los cuales se debe(ría) diseñar el sistema, un mayor retorno obtenido por una inversión sólo paga el mayor riesgo asumido. Así, en equilibrio y supuestos de trabajo, no debería haber diferencias entre el desempeño de las AFP o entre multifondos (corregidos por riesgo) y una estrategia simple que replique a algunos índices accionarios. A lo anterior hay que agregar que la propia legislación impone restricciones a la inversión. Conclusión: TODA decisión del consejo técnico (y de cualquiera) va a tener pérdidas como peor escenario posible, con alguna probabilidad; ninguna inversión le gana en todos los escenarios a una inversión en un instrumento libre de riesgo. ¿Seguimos cayendo en la trampa de los retornos esperados sin contar el cuento completo? El Equivalente Cierto no se menciona ninguna vez en el informe.

Propuesta 24: Permitir más inversiones en activos reales (…), ya que éstos han generado exceso de retornos. Nuevamente, parece que se olvidan los equilibrios. Pero se debe destacar un punto a favor, la fortaleza de un activo real en relación a las activos financieros es precisamente su conexión “más directa” con la economía. En equilibrio, el valor del activo real (ej. terrenos) debería aumentar a una tasa similar a la del crecimiento de la economía.

Propuesta 25: Desarrollar nuevos instrumentos de inversión (Pymes), donde, de paso, se fomente el desarrollo de este sector. A riesgo de ser repetitivos. ¿Dónde está el concepto de equilibrio en el análisis? En mercados eficientes, el mayor retorno se compensa con el mayor riesgo asumido, por lo tanto, una inversión de este tipo debería ser un proyecto con VAN igual a cero; no hay valor agregado. ¿O se está apuntando a buscar activos que no estén en equilibrio, en un mercado con menor calidad de información, y con platas destinadas a la jubilación? Por cierto, conviene destacar en este punto que los beneficios de la diversificación de carteras no eliminan todo el riesgo.

Propuestas 26, 27 y 28: Restringir acceso a multifondos A y B en determinadas circunstancias y disminuir de 5 a 3 los multifondos. Si no se le puede ganar al mercado permanentemente y, en equilibrio y eficiencia, las inversiones en activos financieros son un juego de suma cero, y por otra parte, por diseño, el sistema de pensiones debe(ría) operar en un ambiente libre de riesgo, entonces, no se debería permitir que con los ahorros obligatorios se juegue en el casino, porque éstos, están destinados a la pensión, que por varias razones sabemos que va a ser baja. Con todo, si aún se quiere jugar en el casino, un modelo diseñado en coherencia con parámetros de cero riesgo debería permitir multifondos sólo para ahorros adicionales a la cotización obligatoria. Se podría argumentar, como lo hace el informe de la Comisión Bravo, que estas medidas apuntan a disminuir el riesgo del fondo acumulado cuando el afiliado entra en edades avanzadas, acotando el riesgo de crisis financieras. Si bien esto es cierto, ¿qué hay del periodo previo de 20, 30 o más años? La falacia del plazo de inversión lleva a creer que en plazos largos se tienden a recuperar las pérdidas que pueden sufrir en el tiempo, y por lo tanto, se permite que en edad joven puedan tener inversiones riesgosas. Cuidado: el informe de la Comisión no dice que a mayor plazo, el retorno esperado aumenta, pero también la variabilidad del fondo acumulado, y que el mayor retorno es en promedio y no para todos los casos y, por lo tanto, existe al menos un escenario (y alguna probabilidad) en que la renta fija le gana a las acciones, lo que da cuenta de que existe el riesgo.

Propuesta 18, 33 y 49: Igualar la edad de jubilación, eliminar las tablas diferenciadas por sexo y eliminar la modalidad de retiro programado con el fin de complementar la equidad de género. ¿Desde cuándo el mercado de capitales tiene atributos para solucionar un problema demográfico? Igualar las tablas de expectativas de vida, por ejemplo, va a hacer que haya un subsidio de una parte hacia otra, porque bondad por parte de las compañías de seguros no va a haber, las que, dicho sea de paso, tienen un serio problema de solvencia; ellas se van a adaptar a las nuevas tablas y van a reajustar sus cálculos. Alguien va a pagar la cuenta. Respecto de eliminar el retiro programado lo comentaré en otra columna. Si se quiere arreglar el problema de discriminación de género hay que atacar las causas, no los síntomas; tampoco los efectos. Medidas de este tipo es atacar “por el lado de los quesos” un problema mayor.

La Comisión estima que el efecto global de las medidas será “aumentar las pensiones y tasas de reemplazo” ya que se reducen los riesgos máximos al que puede exponerse y “se aseguran mayores tasas de retorno futuro ampliando el espectro de inversiones” (página 124). La magia no existe; trucos, miles… pero al final siempre hay alguien que se da cuenta. El problema es que en una ciudadanía con mayor poder de organización y de acción, el descontento social derivado de las promesas incumplidas implícitas previo a jubilar (retornos promedios utilizados en los cálculos que generan expectativas, pero que pueden no darse) y las promesas explícitas post jubilación (retornos ofrecidos en las rentas vitalicias que pueden no pagarse), puede resultar que, aparte de hacer pasar por la guillotina a los considerados responsables, tenga costos en todo nuestro mercado de capitales local y afecte nuestra imagen país. Se desaprovechó una oportunidad de oro para sincerar las cifras y fortalecer un modelo que carece de legitimidad.

Iván Rojas B.

Lo bueno, lo malo y lo feo de la Comisión Bravo; Hoy, lo malo (Parte I)



http://www.elmostrador.cl/mercados/2015/09/25/opinion-lo-bueno-lo-malo-y-lo-feo-de-la-comision-bravo-hoy-lo-malo/

En columna publicada el 23 de septiembre hablamos de lo bueno del informe de la Comisión Bravo. Ahora lo malo. Como esta es una columna de opinión breve, los puntos comentados se tratan en extenso en mi libro “La Magia del Sistema de Pensiones” (disponible copia digital gratuita llamando al 226110440).

La radiografía que muestran los valiosos antecedentes recopilados por la Comisión Bravo no se traducen en un diagnóstico certero del problema, entendido éste como un análisis de las causas más bien que de los síntomas. Así, la Comisión no advierte algo que debería decirse sin eufemismos en la primera página: que el mercado de capitales (y el sistema de pensiones) no puede solucionar un problema esencialmente demográfico. No le pidamos peras al olmo. Las cifras no dan. El sistema de pensiones es un complemento a recursos adicionales que se deben prever para la jubilación. Así de claro. En vez de aprovechar la oportunidad para sincerar las cifras frente a un sistema que sufre de falta de legitimidad y que es la 4° institución en la que menos confía la gente (página 77 del informe), la Comisión le asigna al sistema atributos que no tiene, posicionándolo como “un elemento clave para afrontar la nueva realidad demográfica”, contribuyendo a generar expectativas que la ciudadanía traduce como promesas. Promesas que tarde o temprano pasarán la cuenta. Es de destacar que según la Comisión, su propuesta A  “permitirá mantener sus promesas en materia de pensiones” (página 96 del informe). Arriesgada afirmación.

Entonces, en un sistema de pensiones que debería ser diseñado para operar con cero riesgo de no pago, ya que se trata de un tema sensible como son las pensiones, que por definición la propia Comisión señala que “debe garantizar los medios suficientes para la vejez”, nuestro ingenio nos llevó a hacernos trampa en solitario, apostando en el casino, cayendo en la trampa de los retornos esperados. Y el problema es que parece que creemos en la magia. Y aquí un error conceptual: se utilizó un retorno esperado de 4% anual para hacer las proyecciones de fondo acumulado, tasa de reemplazo, entre otros.

Lo conceptualmente correcto y coherente con el objetivo de “asegurar beneficios a las futuras generaciones” (página 45 del informe) es proyectar flujos usando una tasa libre de riesgo y no la tasa esperada. Es la única forma; “platita poca pero segura”, como diría alguien. Utilizar el retorno promedio no es contar el cuento completo, porque el peor escenario es terminar con pérdidas, y eso es contradictorio con asegurar beneficios. Insisto en el punto, se contribuye a generar expectativas; y los tiempos no están para jugar con la ciudadanía. Y aquí una conclusión: los ajustes reales necesarios por hacer en distintos parámetros (aumento del porcentaje de cotización, aumento en la edad de jubilación, etc.) son aún más fuertes que las recomendaciones del informe de la Comisión (que usó retorno esperado). En el libro “La Magia del Sistema de Pensiones” planteo que, en un escenario de cero riesgo, la única forma en que el sistema logre pensiones equivalentes a un 70% del sueldo promedio de los últimos años, es postergar en por lo menos 5 años la edad de jubilación y, como mínimo, duplicar el porcentaje de descuento actual. Ambas en paralelo, y sin lagunas previsionales. Después de 34  años de establecido el sistema, es prudente que empecemos a sincerar las cifras.

La trampa del retorno esperado lleva a la trampa del plazo de inversión. Se cree que en plazos largos, la inversión en los Multifondos más cargados a acciones (A y B, por ejemplo) tiende a mostrar mayores retornos que la inversión en renta fija; se cree que el mayor plazo tiende a recuperar las pérdidas que pueden sufrir en el tiempo. Así, la Comisión no consideró que a mayor plazo, el retorno esperado aumenta, pero también la variabilidad del fondo acumulado, que el mayor retorno es en promedio y no para todos los casos (no hay dominancia) y, por lo tanto, existe al menos un escenario (y alguna probabilidad) en que la renta fija le gana a las acciones, lo que da cuenta de que existe el riesgo. ¿Aun así se insiste en mantener fondos con riesgo, eliminando sólo el Multifondo A?

La trampa del retorno esperado también lleva a creer que un Multifondo puede ser mejor que otro. En el libro “La Magia del Sistema de Pensiones” se expone claramente que la evidencia que ha dejado la experiencia de más de 30 años es que ninguna AFP es mejor que el promedio del sistema, ningún Multifondo es mejor que otro (corregido por riesgo) y, también, ningún Multifondo es mejor que una estrategia simple que siga a un índice accionario.

Cuando se trata de diseñar un sistema de pensiones, su estructura debe operar en un ambiente seguro, libres de riesgo de no pago y debe asumir necesariamente condiciones de equilibrio y eficiencia de mercados. Este concepto de equilibrio se echó de menos en el informe. Permitir riesgos en las inversiones con el fin de lograr más rentabilidad es un juego que, por diseño del modelo, no entrega alternativas mejores que otras, pero se entra en la dimensión desconocida de la probabilidad de perder. Con un concepto claro de equilibrio y eficiencia de mercado, no deberíamos encontrarnos con frases como la que aparece en la página 71 del informe, donde en relación a la rentabilidad bruta de 8,6% entre 1981-2013, la comisión plantea que “es difícil determinar hasta qué punto el desempeño obedece a una buena gestión de las AFP o a un buen desempeño global del mercado, o a una cautelosa regulación”. La respuesta debería ser obvia.

Continuará…


Iván Rojas B.

Lo bueno, lo malo y lo feo de la Comisión Bravo; Hoy, lo Bueno


http://www.elmostrador.cl/mercados/2015/09/23/opinion-lo-bueno-lo-malo-y-lo-feo-de-la-comision-bravo-hoy-lo-bueno/

El informe tiene la noble y relevante misión de tratar de “arreglar la carga en el camino”. Se aprecia un trabajo serio, responsable y se valora que haya tenido múltiples miradas, las que por supuesto, uno podrá estar o no de acuerdo, pero, otorgan una cierta objetividad a la tarea encomendada. Se hace referencia al “descontento respecto de la calidad de las pensiones, ya que luego de largos años de esfuerzo en el mercado laboral, los trabajadores ven como el nivel de pensión que reciben no se condice con sus expectativas, es decir, es muy bajo el monto de su pensión” (página 24). Por lo tanto, quiérase o no, se reconoce que el sistema entregó promesas implícitas; se habla de “aspirar a una vejez digna”.
Es positivo que el informe no haya inventado la rueda y valore el sistema de capitalización individual, y lo mantenga (aunque sin una mayoría abrumadora), y fortalezca el pilar solidario. Se aprovecha la instancia para entregar una serie de ideas, muchas de ellas no necesariamente implican un mayor gasto, que apuntan, por ejemplo, a hacer más eficientes los mecanismos de focalización, crear políticas activas de afiliación y cotización, modificar los límites de renta imponible, mejorar la fiscalización y cobranza, fomentar el ahorro previsional voluntario y mejorar la alfabetización financiera de los afiliados, entre otras. ¿Quién se puede oponer a ello?
En particular, destaco que es positivo que se extienda el proceso de licitación de cartera a parte de la cartera antigua (propuesta 29), crear una AFP estatal que compita con las mismas reglas del juego que el resto (propuesta 31), donde se reconoce que ésta podría cobrar comisiones más cercanas a las de la AFP más barata, aunque faltó señalar el rol del avance tecnológico en las nuevas funciones de producción y como algunas normas actuales para crear una AFP impiden ser aún más eficientes en costos. También es positivo que el informe haya señalado que la alta rentabilidad sobre el patrimonio de las administradoras (ROE promedio de 27% anual, exceptuando el 2008) es evidencia de la baja competencia en precio, y haya dicho claramente que el 8,6% anual de rentabilidad promedio (¿lineal?) de los fondos para el período 1981-2013 es una rentabilidad bruta, y que el indicador relevante para el afiliado es la TIR, una rentabilidad neta de comisiones, la que alcanza a un 3% anual (mujeres) y 3,1% anual (hombres) para los afiliados que han cotizado entre 1981 y 2009 (páginas 71 y 72). Muy bueno, aunque a mi juicio se debió dar un mayor énfasis, dada la relevancia: se ha vendido un producto que, sacando bien las cuentas, renta poco -¡y con riesgo!- contrario a lo ampliamente difundido y publicitado. ¿Gato por liebre?
El texto contiene una buena radiografía con antecedentes valiosos para el análisis. Pero una buena radiografía no implica un buen diagnóstico. Y con un mal diagnóstico, la solucionática no tiene la efectividad que se requiere. Y aquí el informe, tal vez en parte por las limitaciones del encargo presidencial, tiene carencias conceptuales graves. Próximamente lo malo y lo feo.


Iván Rojas B.

La Magia del Sistema de Pensiones


http://www.elmostrador.cl/mercados/2015/09/14/opinion-a-proposito-de-la-comision-bravo-una-mirada-a-profunda-al-sistema-de-pensiones/

Es el título del libro que acabo de publicar, cuyo texto digital está disponible gratuitamente (fono 226110440). Contiene una visión analítica y crítica del sistema, sin eufemismos, que pienso sinceramente es distinta a lo que comúnmente se lee. Aquí ocho puntos principales.

1)      Un análisis del sistema de pensiones debe considerar tanto el proceso previo a la jubilación (ahorro en las AFP) como lo que ocurre después en el pago de las pensiones, donde las Compañías de Seguros de Vida (CSV) tienen un rol determinante en las Rentas Vitalicias ofrecidas. La mayoría se enfoca solo en la primera parte (¿comisión Bravo?).

2)      La idea del sistema de capitalización individual es buena en relación al insostenible sistema de reparto, pero no es la solución al problema demográfico de la sobrevida en la tercera y cuarta edad. Contrario a lo que se tiende a creer, el mercado de capitales no tiene atributos para dar una solución integral a este problema. Por lo tanto, el sistema de pensiones es sólo un complemento a otras alternativas de ahorro que las personas deben prever y a otras fuentes de recursos cuando se jubilen, como por ejemplo, la solución natural que debería ser que los hijos sean los principales responsables del cuidado de sus padres envejecidos.  La única forma en que el sistema pueda compensar las variables exógenas que no son de su responsabilidad (mayor esperanza de vida, parcialmente lagunas previsionales y nivel de ingresos), y lograr entregar pensiones equivalentes a un 70% del sueldo promedio de los últimos años, es postergar en por lo menos 5 años la edad de jubilación y, como mínimo, duplicar el porcentaje de descuento actual. Ambas en paralelo; impracticables.

3)      La jubilación es una de las principales inquietudes de la vida. Cuando se trata de diseñar un sistema de pensiones, su estructura debe operar en un ambiente seguro, libres de riesgo de no pago y debe asumir necesariamente condiciones de equilibrio y eficiencia de mercados. Permitir riesgos en las inversiones con el fin de lograr más rentabilidad es un juego que, por diseño del modelo, no entrega alternativas mejores que otras (que dominen), pero se entra en la dimensión desconocida de la probabilidad de perder. Hacer proyecciones usando retornos promedios es, entonces, además de conceptualmente incorrecto, incompleto porque no se le dice al afiliado cuál es su peor escenario, que es, terminar con un fondo acumulado inferior a la suma lineal de los aportes realizados.  Esta es la principal responsabilidad en las promesas implícitas que hacen las AFP y las promesas explícitas de las CSV en sus Rentas Vitalicias. También hay una responsabilidad en las Autoridades en no haber dimensionado los elementos de riesgo sistémico.

4)      Las condiciones actuales de nuestra economía son radicalmente distintas a las que existían cuando se diseñó el sistema, particularmente en lo que se refiere al riesgo país y retorno de las inversiones. La caída en el riesgo país significó una caída en todo el espectro de tasas de interés-descuento, revalorizando los activos por una sola vez. Estas condiciones no se van a volver a repetir. Adicionalmente, existe una caída a nivel internacional en las tasas libres de riesgo en los últimos diez años, donde todo hace suponer que seguirán bajas. Alardear de retornos pasados para validar el modelo tal vez nunca ha sido tan irrelevante para las rentabilidades futuras.

5)      La evidencia que ha dejado la experiencia de más de 30 años es que ninguna AFP es mejor que el promedio del sistema, ningún multifondo es mejor que otro y, también, ningún multifondo es mejor que una estrategia simple que siga a un índice accionario. Además, en sí el sistema es caro: para una persona que cotizó el 100% del tiempo desde el inicio del sistema, las comisiones representan por lo menos 300 puntos base de la rentabilidad bruta promedio anual informada.

6)      Contrario a lo que se cree, el sistema de AFP no es competitivo en sentido económico. Diferencias radicales de precios (comisiones) a un producto que no se puede diferenciar es una muestra. Una AFP Estatal debería apuntar a no ofrecer rentabilidades que no puede asegurar y, no obstante, serán consideradas como una promesa, y centrarse en generar más competencia por medio de cobrar comisiones que sean una fracción de las existentes actualmente; tecnología disponible y mediante. Líder en costo y no en rentabilidad. Y ofrecer “seguir al resto” en los aportes adicionales que los afiliados pudieran hacer, porque los obligatorios no son para jugar en el casino. Por su parte, extender aún más el proceso de licitación de cartera permitiría atacar de mejor manera este mercado imperfecto. 

7)      En relación a la etapa post-jubilación. Ya la queja de la ciudadanía es que las pensiones son bajas, por distintas razones. Pero aquí se agrega otro factor, incluso de mayor importancia, y es que los riesgos asumidos podrían llevar a que incluso las Rentas Vitalicias de las CSV no se paguen en su totalidad. Los modelos se supervisión basado en riesgo no están cumpliendo su rol, porque se ha descuidado principalmente el efecto que tienen las bajas tasas de interés en valorizar correctamente los pasivos de las compañías de seguros. Si las compañías de seguros de vida valorizaran sus pasivos siguiendo pautas puras libres de riesgo terminarían con patrimonio negativo. Si a esto agregamos que castiguen sus activos aplicando el equivalente cierto de cada uno o exigir un Estado de Resultado Económico ajustado a cero riesgo, la situación empeora.

8)      Los controles de la Autoridad son ineficientes e incluso contraproducentes. No apuntan a dar certeza en el pago de las pensiones. En el modelo de las inversiones de las AFP, previo a jubilarse, se permite riesgo en las inversiones, situación que es totalmente discutible porque no hay magia en la dimensión riesgo-retorno y por las promesas implícitas que se han hecho al estimar valores futuros usando retornos esperados. Con todo, y en estricto rigor, este riesgo lo asume el afiliado en su eventual menor fondo final acumulado. Pero en las Rentas Vitalicias de las compañías de seguros de vida ya se ha asumido un compromiso ineludible con los pensionados. Hay una promesa explícita que se debe cumplir contra viento y marea. Por lo tanto, si ya es discutible que las AFP asuman riesgo, con mayor razón lo es para las compañías de seguros. Los test de supervisión incluso hacen trampa al no valorizar los pasivos a una tasa de cero riesgo, permitir que se ajusten a las mayores expectativas de vida en cómodas cuotas anuales y permitir inversiones riesgosas. Y el capital de respaldo es insuficiente.

Iván Rojas B.