viernes, 21 de febrero de 2014

Fusión Itaú-Corpbanca, ¿a qué costo?





Entre los aplausos por la fusión entre Itaú y Corpbanca están los del ministro de Economía, quien destacó que ésta fortalece la posición competitiva de Chile: "Chile tiene una industria financiera y bancaria bastante desarrollada. Que venga un actor tan grande como es el Banco Itaú de Brasil creo que viene a mejorar la posición competitiva, que es lo que a nosotros, como país, nos interesa".

¿Quién no va a estar de acuerdo en que es positivo que el país mejore su posición competitiva? La pregunta relevante es otra: ¿a qué costo? Y aquí, el ministro, al tener una visión limitada al igual que el resto, yerra en su rol. Limitada por no dimensionar el efecto de esta fusión en el mercado interno.

Al analizar esta fusión me acordé de la fallida fusión Falabella y DyS. ¿Por qué no aplicar las mismas pautas?

La industria bancaria en Chile no es precisamente un ejemplo de competencia: tres bancos concentran el 50% de las colocaciones; cuatro bancos poseen el 62% de las colocaciones. Corpbanca no fusionado ya es el quinto banco con 11,8%. Es decir, el 75% del mercado hoy se explica por cinco bancos. Considerando solo las colocaciones de consumo, el panorama es aún más concentrado. Ni cerca de la estructura que existe en Estados Unidos, por ejemplo.

Este mercado con características oligopólicas facilita la existencia de varias tasas máximas convencionales, donde unos cinco millones de chilenos están endeudados a tasas de interés del 60% anual[i] , donde el retail financiero ha encontrado un nicho para obtener ingresos que exceden en forma significativa la Tasa Máxima Convencional al agregar todos las comisiones y gastos asociados, donde se puede hacer uso de posición dominante con las ventas atadas y donde iniciativas empresariales creativas como “Cumplo” han tenido que surfear una serie de obstáculos basados en puros tecnicismos. Pero es también el mismo mercado que muchos citan como un ejemplo de eficiencia y competencia (“agresiva competencia por captar clientes”), donde se cree que se ha reformado estructuralmente la operación competitiva de la banca al modificar la Tasa Máxima Convencional, donde se alaban las excesivas Rentabilidades sobre el Patrimonio y los valores bursátiles, desconociendo que éstos no se condicen con el costo de reposición económico ni con ratios bolsa/valor libro, Precio/Utilidad y Valor Empresa/Ebitda coherentes con flujos de caja esperados reducidos, ajustados a un equilibrio competitivo.

Por supuesto que no se está en contra de la creación de un gigante que compita en las grandes ligas internacionales. El punto central es que esta fusión no contribuye a generar más competencia local. Al contrario. ¿Por qué, entonces, deben asumir este costo todos los chilenos? ¿Refleja esta fusión que hay real voluntad para competir localmente? Ahí están los verdaderos aplausos. El ministro debería captar eso.


[i] Estrategia, 20 de enero 2014, entrevista a Nicolás Shea.