martes, 15 de septiembre de 2020

AFP: el encaje, no encaja. ¿Cuánto debería cobrar una AFP? Una propuesta integral de encaje-comisiones para legitimar el sistema en su peor momento

https://www.elmostrador.cl/destacado/2020/09/15/afp-el-encaje-no-encaja-cuanto-deberia-cobrar-una-afp/



En el debate actual sobre las pensiones, donde hay consignas y eslóganes de lado y lado, se debe separar la paja del trigo. Uno de esos eslóganes de parte de los defensores del modelo, es sobre el encaje de las AFP.

Las AFP deben mantener una inversión propia en cada tipo de fondo que administren, por un  monto equivalente al 1% de cada multifondo, el cual deberán mantener invertido en cuotas de éste. Así -en teoría- se alienan los intereses de los dueños de la AFP con los intereses de los afiliados. Los defensores del modelo plantean el eslogan de “si el afiliado gana, la AFP gana; si el afiliado pierde, la AFP pierde”. Algunos agregan a este eslogan un bonus sobre comisiones y utilidades.

Por ejemplo, el “chico AFP” (que sobrenombre más malo, pero en gustos no hay nada escrito) nos “aclara” los siguientes dos supuestos mitos (entre otros) en su video “Sí+AFP, No+mentiras”:

·         Si yo pierdo, la AFP gana. Falso, porque si yo pierdo, la AFP también lo hace, ya que por Ley las AFP están obligadas a invertir en los mismos fondos que tú. Esto se conoce como encaje”.  

·         Las utilidades de las AFP son excesivas. Falso. Si tomáramos las utilidades que ganaron todas las AFP en 1 año y la dividiéramos por el total ahorrantes del sistema, esto daría cerca de $2.000 de utilidad mensual por persona, ¿te parece excesivo?”.

Si vamos a defender el modelo, hagámoslo bien. Seamos rigurosos.

La evidencia   

En los últimos 22 años (período 1998-2019), la rentabilidad sobre el patrimonio (ROE) de las AFP ha sido 24,31% promedio anual. Solamente en el año 2008 las AFP, como sistema, mostraron un ROE negativo de -0,36%, (no fue muy dañino; no todas las AFP perdieron). ¡Sólo 1 año!

Las pérdidas han sido mínimas en comparación con las ganancias. En el período 1998-2019, las AFP perdieron menos del 1% (0,76% para ser exacto) del total ganado en 22 años. El siguiente cuadro se explica casi por sí solo.

Ver cuadro 1.

Tarea con nota para el chico AFP: encuentre un sector competitivo de la economía con estas maravillosas cifras; si lo encuentra por favor me avisa. Hasta la banca envidia el ROE de las AFP (esto es una hipérbole), ¡cachen la comparación, ya es como mucho!: en la última década la banca tuvo un ROE después de impuestos de 14,37% anual; las AFP, promedio 20,76% anual (esto no es una hipérbole).

¿Pero cómo ha sido el desempeño del encaje, o mejor dicho, cómo ha cumplido su función?

Analicemos el peor año desde que se crearon los multifondos. En 2008, los afiliados perdieron 40,26%; 30,08%; 18,94%; 9,86% y 0,93%, dependiendo de si estaban en el fondo A, B, C, D o E, respectivamente. Fue tanta la debacle para los afiliados, que los fondos A, B, C y D terminaron el año 2008 con un monto acumulado (desde su origen) inferior que el conservador fondo E.

¿Y cómo les fue a las AFP? Ya dijimos que el ROE del sistema fue -0,36%. Tres AFP perdieron plata y tres ganaron. ¿Funcionó el encaje? Las AFP tuvieron pérdidas por este concepto…pero vea las cifras y concluya usted mismo:

Ver cuadro 2.

Es decir, en el peor año de la historia de los multifondos, donde los afiliados retrocedieron en forma significativa lo que habían ganado los años anteriores, las AFP perdieron plata por el encaje, pero el gran salvavidas de los ingresos por comisiones les salvó el año a tres de ellas,  y en el caso de las dos AFP con pérdidas importantes (Modelo no la contemos porque sus pérdidas son por gastos de puesta en marcha), la verdad es que sí fue un año malo, pero no perdieron mucho versus lo ganado en años anteriores. Sumando todo: un año malo, pero no tan malo, para las AFP.

Veamos ahora el mejor año de los multifondos. En el año 2009, los afiliados ganaron 43,49%; 33,41%; 22,53%; 15,34% y 8,34%, dependiendo de si estaban en el fondo A, B, C, D o E, respectivamente.

¿Y cómo les fue a las AFP? El ROE del sistema fue 32,73%. Obtuvieron una utilidad 84 veces la pérdida del año anterior. ¿Funcionó el encaje? Las AFP ganaron plata por el encaje, pero los ingresos por comisiones fueron 4,8 veces más grandes.

Ver cuadro 3.

Se podrá contra argumentar que si bien las comisiones son altas, las AFP también tienen grandes gastos de administración, de personal, etc., que absorben parte significativa de los ingresos por comisiones.  Podríamos contestar: ¿Y en que otro tipo de empresas la situación es diferente? En las AFP no hay una relación entre la cuantía del resultado del encaje con la utilidad final. Un proxy del ROE para el año 2009 sin el encaje estaría en torno al 20% anual.

 

Por cierto, llevar las cifras de utilidad total del sistema en 1 año a un monto mensual por afiliado… reconozco que es creativo, pero también es, por decirlo elegantemente, delicado y peligroso. No tiene sustento económico. Ni la banca hace eso para defenderse. Este dato por sí solo confunde más que aporta.

Conclusión

En columnas anteriores he planteado que las comisiones le quitan 1/3 (a lo menos) del retorno bruto al afiliado. Por otra parte, para las AFP, los ingresos por comisiones son varias veces el resultado de su encaje. Ahí está el queso.

El encaje sirve, pero poco, muy poco. Tiene impacto limitado. No le hace ni cosquillas a los ingresos por comisiones.

Propuesta para legitimar el sistema en su peor momento

Para que el encaje encaje mejor con una estructura de comisiones competitiva:

1.       Encaje: aumentar el % de inversión del encaje de tal manera que su impacto sea más relevante en los resultados finales de las AFP. Put your money where your mouth is.

2.       Estructura de cobro de las comisiones:

a)      Se debería separar la comisión por administración de fondos propiamente tal, de todos los servicios adicionales de la AFP. Hoy algo existe, pero no es suficiente.

b)      Las comisiones deberían estar asociadas al costo marginal de administración de fondos de una empresa eficiente. La función de administrar fondos, exclusivamente, no requiere de tanto costo fijo. Y las cobranzas cada vez requieren menos cajas físicas. De paso, ¿por qué no permitir una AFP moderna, con el mínimo de sucursales? Ahí ya está el nombre.

c)       Cambiar las comisiones hacia un cobro como porcentaje sobre el saldo administrado. No nos demos más vueltas en esto. Y de paso, las AFP despídanse del “efecto prepago”; bye bye.

d)      Mientras se logran los puntos anteriores, y considerando que en este mercado el afiliado no es sensible al precio que cobran las AFP por un servicio el cual es posible demostrar que no se pueden diferenciar, propongo que se establezca un tope a la rentabilidad sobre el patrimonio de las AFP (¿ROE máximo 10% anual?). El exceso de este tope será devuelto al año siguiente a cada afiliado como excedente.

Con medidas de este tipo, entre otras, se defiende y se legitima el sistema. No con eslóganes.

Finalmente, para concluir le copiaré al chico AFP una frase de su video: “imagínense lo que podríamos lograr si pudiéramos resolver cada uno de los mitos que circulan en las redes, uno por uno, ¿qué pasaría?”.

 

Iván Rojas B.

Cuadro 1







miércoles, 2 de septiembre de 2020

Pongámonos en los zapatos del afiliado (respuesta al Sr. Roberto Fuentes, gerente de estudios de la Asociación de AFP)

https://www.elmostrador.cl/destacado/2020/09/03/pongamonos-en-los-zapatos-del-afiliado-respuesta-al-sr-roberto-fuentes-gerente-de-estudios-de-la-asociacion-de-afp/


Agradezco la respuesta del Sr. Roberto Fuentes, gerente de estudios de la Asociación de AFP, a mi columna sobre el (alto) impacto de las comisiones en el retorno final, porque permite aclarar al afiliado un tema crucial en su fondo de pensiones, que va más allá de documentos de trabajo archivados en la web. Seré lo más breve posible y trataré de ir al punto.

En mi columna señalé que, en 39 años (1981-2020) de cotizaciones ininterrumpidas, la Tasa Interna de Retorno implícita en los flujos de caja del afiliado (esto es: un flujo negativo mensual correspondiente al descuento del 10% del ahorro para su pensión + la comisión mensual que paga; contra un flujo positivo al final del año 39, correspondiente al fondo acumulado), estaría en torno  a UF+5,14% y UF+5,86% anual. Esto significa que las AFP absorbieron 1/3 del retorno bruto vía comisiones. El afiliado pagó entre UF+2,61% anual y UF+2,87% anual por la administración de sus fondos. Planteé que el sistema es caro. Y con lagunas previsionales sería mucho más caro.

El Sr. Fuentes, en esencia, argumenta lo siguiente:

·         Existe una “dificultad” para el cálculo, dado que “la rentabilidad se obtiene de un stock y el costo se cobra sobre un flujo”. Tal “discrepancia” genera una “desalineación entre el ciclo de ganancias por rentabilidad y el ciclo de costos”.

·         Los problemas de la “intertemporalidad que surge de la desalineación de stock y flujos” no serían “fáciles de conciliar”. Se haría “difícil elaborar un indicador que genere un ranking de las AFP y entregue un nivel de rentabilidad neta comparable con otras formas de ahorro”.

·         Por tanto, enfatiza y analiza las comisiones como porcentaje del saldo acumulado. Interpreta las comisiones con un “efecto prepago” y un “efecto autosubsidio”: dependiendo de la etapa de la vida laboral, al principio se prepaga más sobre el saldo mientras que al final se prepaga menos. De esta forma, plantea que la comisión “puede entenderse como punto medio entre estas dos visiones”.

·         Siguiendo dicho razonamiento, la comisión sería 0,49% anual, cifra “competitiva a nivel local e internacional y que se encuentra entre los más bajos en su categoría, acreditado por la OCDE”.

·         Explica que la TIR no es el único indicador y tiene defectos. Con todo, finalmente entrega un cálculo de TIR promedio para un afiliado del Fondo C: UF+6,9% bruto y UF+6,1% “neta de la comisión de administración anual”, cifra “bastante superior a los datos del señor Rojas”.

Lo positivo es que el Sr. Fuentes reconoce que la TIR es una “herramienta que utilizan los inversionistas para la toma de decisiones”. Porque efectivamente de eso se trata: son inversiones de los afiliados. Sometámosla, entonces, a las mismas mediciones de todo inversionista.

 

 

Dejemos que el lector juzgue. Para que esto no se convierta en una discusión bizantina, una forma de zanjar la controversia es mediante un ejemplo teórico sencillo de entender. Supongamos que un afiliado tiene un sueldo imponible de $100, y cada mes se le descuenta el 10% ($10) para el fondo de pensiones y una comisión mensual es 0,9% del sueldo imponible (esto es, $0,9 mensual). Es decir, cada mes, por concepto de su previsión, el afiliado desembolsa $10,9 con el propósito de obtener un monto acumulado al final del periodo como resultado de los aportes que él hizo más el retorno que espera que la AFP obtenga producto de la administración que el afiliado le paga.

Supongamos que la AFP obtiene un 1% de retorno mensual. Mes a mes, y al cabo de 12 meses, las cifras serían las siguientes:

(Nota antes de ver el cuadro: sólo se considera 12 meses para efecto de mostrar un ejemplo sencillo; Obviamente en 40 años los números cambian, pero el razonamiento sigue la misma lógica).

 



 

 

¿Qué nos diría la Asociación de AFP en este ejemplo?

·         Que el retorno bruto obtenido por la AFP fue 12,68% anual. Nos diría que es un excelente retorno.

·         Que la comisión fija de $0,9 mensual, al principio es alta (efecto prepago) en relación al fondo administrado (9%), pero ésta va cayendo (efecto autosubsidio) hasta llegar a solo un 0,7% del fondo administrado.

·         La comisión como un punto medio entre ambos efectos sería un 1,36% del monto administrado (mediana). Y este costo estaría entre los más bajos de su categoría.

·         El fondo acumulado final de $128,09, excedió en 7% los aportes del afiliado, que fueron $120.

·         En resumen, queda la sensación de que la cosa va más o menos bien.

¿Pero cuál es la realidad financiera para el afiliado, no para la AFP?

·         Cada mes, al afiliado le descontaron $10,9 por concepto de su previsión futura; una parte fue a su cuenta individual de ahorro y otra a la AFP por el pago para hacer crecer su fondo.

·         Los flujos de caja relevantes para el afiliado son: flujo negativo de $10,9 cada mes (y no $10) contra el saldo final, flujo positivo de $128,09.

·         La TIR implícita en estos flujos de caja es -3,8% anual. ¿Pérdida? Claro, basta ver que la suma lineal de los descuentos es $131, mientras que el saldo final es $128,09.

·         Un inversionista normal diría: “aún no recupero la plata que puse”.

·         Así que la cosa no va tan bien en este ejemplo.

 

Mismas cifras, conclusiones diferentes. ¿Ganó o perdió plata el afiliado?

Examen de grado de finanzas: el alumno tiene que responder si en el ejemplo anterior el afiliado ganó o perdió plata… si el alumno contesta que ganó plata, yo lo repruebo sin dudar. ¿Y usted Sr. Fuentes, lo aprobaría? La AFP ganó plata; el afiliado no. Son cosas distintas.

Nótese que matemáticamente todos los cálculos estarían correctos. A eso me refería con la “creatividad” que ha existido a la hora de presentar los números. A las AFP no les conviene presentar la TIR.

La TIR del afiliado permite superar todas las “dificultades” que señala el Sr. Fuentes. Me refiero a la TIR implícita en los flujos de caja, no una supuesta TIR neta que se obtiene del retorno bruto menos la comisión como porcentaje del saldo (eso sí que es mezclar peras con manzanas).

Por cierto, la TIR también tiene defectos (“todo es perfectible, incluso la capilla Sixtina”). Uno de ellos -dice el Sr. Fuentes- es que la TIR supone que los ingresos se reinvierten a la TIR, lo cual explicaría “la amplificación de los efectos de las comisiones que esgrime en su artículo el señor Rojas”. Pues bien, en una evaluación de proyectos “normal”, donde existe una inversión inicial (flujo negativo en t=0) y flujos la mayoría positivos durante la vida del proyecto, la TIR efectivamente asume que los flujos se reinvierten a la TIR, hasta llegar al final (y en el caso que la TIR sea muy grande, el supuesto podría resultar un defecto, por eso que la TIR complementa al Valor Actual Neto). Sin embargo, el caso del afiliado es muy, muy diferente: él tiene sólo desembolsos en toda la vida laboral contra un gran saldo acumulado al final. No hay nada que reinvertir por parte de él. Como se trata de una evaluación expost y no exante como lo es una evaluación de proyectos típica, la TIR responde apropiada y correctamente el gran enigma del afiliado: “todos estos desembolsos (ahorro + comisión) que hice en 40 años, que incluye la gestión de la AFP, me permitieron obtener un monto X al final, ¿cuánto es la rentabilidad implícita para mí? La TIR considera el descuento mensual para ahorro, la comisión, el horizonte de tiempo, el saldo acumulado al final del periodo, y concilia stock y flujo… ¿Qué mejor?

Sí, la TIR es más clara, menos susceptible de malas interpretaciones, y mucho más completa que considerar la comisión como un punto medio entre el efecto prepago y el efecto autosubsidio.

A propósito, si tanto gusta llevar la comisión a porcentaje del fondo acumulado, propongo que sea la propia Asociación de AFP la que presente la idea de cambiar la comisión actual (como porcentaje del sueldo) a una comisión como porcentaje del fondo administrado… tengo la leve sospecha que sería todo un desafío para las AFP desprenderse del “efecto prepago”. Es que para nuestra realidad laboral -con lagunas previsionales y precario mercado del trabajo- al afiliado le va a llegar el día del níspero el llamado efecto “autosubsidio”.

Otra ventaja de la TIR es que permite hacer mejores comparaciones. Si las estructuras de costos del sistema de pensiones difieren entre países, o tienen grados de madurez distintos o mercados laborales diferentes, o se quiere comparar con otras inversiones del mercado de capitales, que a su vez, tienen estructuras de costos, plazos y riesgos distintos, el indicador llamado “comisión como un punto medio” se va a las pailas. 

Ahora, si las AFP, con todos sus departamentos de estudios y capacidad informática de procesamiento de datos, no pueden hacer el cálculo porque, como señala el Sr. Fuentes, “en el caso del producto previsional, resulta difícil encontrar un indicador”, y porque además se trata de un cálculo individual… ¡Madre mía!, entonces el problema es otro. No me asuste don Roberto.

Finalmente, en relación a lo tenaz, estoy completamente de acuerdo con el Sr. Fuentes. Obsesivo, podría ser. Pero exagerado, no.

Espero que estas columnas hayan sido un aporte al debate. El afiliado no cuenta con departamentos de estudios que lo ayuden con información simple, clara y verídica. La Asociación de AFP, las AFP y la Superintendencia de Pensiones deberían considerar que las cuentas claras conservan la amistad, sobretodo en estos tiempos sombríos para el sistema de pensiones. No está demás ponerse en los zapatos del afiliado. Incluso los puede salvar.

Iván Rojas B.

martes, 1 de septiembre de 2020

El engañoso retorno de los multifondos de pensiones

 https://www.elmostrador.cl/destacado/2020/09/01/el-enganoso-retorno-de-los-multifondos-de-pensiones/


Así es. Sin eufemismos. Dado que a estas alturas ya es inminente una reforma al sistema de pensiones, es conveniente tener claridad absoluta sobre el desempeño de los multifondos, entre otros aspectos, para así tratar de defender –y salvar- el modelo con los atributos que tiene, y no con los que no tiene.

Los multifondos están próximos a cumplir la mayoría de edad. En 2002 se crearon alternativas de inversión a los afiliados (antes había sólo un fondo único) con el fin de adaptarse mejor a su perfil de riesgo y etapa de su vida, lo que en concreto se tradujo en cinco combinaciones de riesgo-retorno esperado. Así, el multifondo A apuntaba a una combinación riesgo-retorno más agresiva, mientras que el multifondo E a una más conservadora.

La Autoridad y las AFP nunca contaron que se trataría de decisiones de inversión (en lenguaje técnico, cinco portfolios representados por cinco puntos en la línea de mercado de valores), donde el mayor retorno esperado compensa el mayor riesgo asumido, y por tanto, exante ningún multifondo domina a otro, lo que es equivalente a decir que, corregido por riesgo, no habría ganador.

Fuera de ese pequeño detallito en la sombra, veamos que pasó expost.


Evidencia 1: Retorno bruto mensual anualizado


Entre octubre 2002 y junio 2020, el fondo A es ganador con un retorno promedio de UF+6,82% anual (retorno mensual promedio anualizado). Los retornos van disminuyendo hasta UF+4,18% anual en el caso del fondo E. Normalmente hasta aquí llegan los defensores del modelo para convencer sobre las bondades del mismo, en lo que referente a sus excelentes rentabilidades y opciones disponibles. Pero ese no es el cuento completo.

Evidencia 2: Retorno neto de comisiones



Considerando los flujos de caja relevantes para el afiliado (y no para la AFP), el retorno para éste es bastante menor. Para el fondo A cae desde un retorno bruto de UF+6,82% anual a un retorno neto de comisiones mensuales de UF+2,59% anual (TIR del cliente). Para el fondo E, cae desde un UF+4,18% anual a UF+2,56% anual. La diferencia entre el retorno bruto y el neto corresponde al costo relevante que el afiliado pagó a la AFP por administrar sus fondos: entre un 39% y un 62% del retorno bruto se fue en comisiones. ¿Todavía se insiste que las comisiones no son relevantes?

Si los porfiados insisten en que se está considerando “sólo” 17 años y fracción, y por lo tanto, el efecto de las comisiones no debería ser tan alto, les recordamos que el ejercicio realizado con 39 años (columna anterior) arrojó que las AFP absorbieron 1/3 del retorno bruto en comisiones, y sin lagunas previsionales.


Evidencia 3: fondo acumulado en casi 18 años

Supongamos que una persona ahorró 1 UF todos los meses ininterrumpidamente desde que comenzaron los multifondos. En 213 meses (casi 18 años), la persona aportó 213 UF a razón de 1 UF/mes. ¿Cuánto obtendría en cada alternativa de inversión a junio 2020? ¿Qué diría su cartola?


Por increíble que parezca, el fondo acumulado a junio 2020 no difiere significativamente en cada opción (en esta parte ni siquiera estamos considerando las comisiones; el fondo acumulado gana el retorno bruto).  En el fondo E, la persona tendría acumulado 318,6 UF, mientras que en el fondo A… ¡tendría sólo 1 UF más!

¿Cómo es eso posible? Porque estamos jugando en la doble dimensión riesgo-retorno. Y el mercado no perdona. Hasta diciembre 2007, el fondo A había acumulado un monto un 34% por sobre el fondo E. Pero vino el primer tropezón grande y a finales del 2008 el fondo acumulado A terminó un 20% por debajo del fondo acumulado E. Se recuperó en 2009 y 2010, pero en 2011 el fondo acumulado A volvió a estar por debajo del fondo E. Otros tropezones importantes fueron en 2016 y 2018. A finales del 2019 el fondo A excedía en 11% el fondo E, pero el primer semestre de este año dejó nuevamente a ambos multifondos,  A y E, prácticamente iguales. Eso son los tropezones anuales importantes, porque en los 213 meses, el fondo A tuvo 128 meses con retornos positivos y 85 con retornos negativos (60% de efectividad), mientras que el fondo E tuvo 145 meses con retornos positivos y 68 con retornos negativos (68% de efectividad)… así es este casino.

En resumen, desde la creación de los multifondos, en el caso de una persona que ha ahorrado un monto constante e ininterrumpido durante casi 18 años, no hay mucha diferencia en el monto final acumulado a junio 2020. El fondo A acumuló solamente 1 UF más que el fondo E. ¿Qué dice la Superintendencia de Pensiones?

A primera vista, cuesta creer que el fondo A haya acumulado un monto casi igual que el fondo E. Para los que aún siguen incrédulos, veamos un ejemplo teórico sencillo. En 10 años, un fondo X tiene un retorno de 10% anual los primeros 5 años y 0% los 5 años siguientes; retorno promedio X: 5% anual. El fondo Y tiene retorno anual de 0% los primeros 5 años y 6% anual los 5 años siguientes; retorno promedio Y: 3% anual. Si en cada período se hace un  aporte de 10 UF, al final del décimo año el fondo X acumula 117,2 UF y el fondo Y acumula UF126,7.

Considerar solo el retorno bruto promedio del fondo A es engañoso. No todo lo que brilla es oro

Moraleja: Un “bajo” retorno en los últimos años puede tener más impacto que un “alto” retorno en los años iniciales. La base importa. Si se va a usar retornos promedios, ¿podría la Autoridad publicar retornos promedios ponderados? Y no olvidar: más que el retorno promedio bruto, importa el monto acumulado; la TIR (evidencia 2) recoge adecuadamente este efecto.


Evidencia 4: Test de hipótesis estadística e intervalo de confianza

Tomaremos como ejemplo los fondos A y E (extremos). Las conclusiones obtenidas serán válidas para cualquier otro par a comparar. Considerando los retornos mensuales, haremos las siguientes hipótesis de trabajo:

·         Hipótesis 1: “No existe diferencia estadísticamente significativa entre el retorno promedio mensual del fondo A versus el fondo E”.

·         Hipótesis 2 (para asegurarse): “La diferencia de los retornos mensuales del fondo A y E es cero”.

¿Cuál fue el resultado? Con un nivel de confianza de 99%, no es posible rechazar ninguna de las dos hipótesis. Es decir, no hay diferencia estadísticamente significativa entre los retornos promedios mensuales de los fondos A y E, para el período octubre 2002- junio 2020. La diferencia es cero.

El intervalo de confianza señala que en el 99% de los casos el retorno mensual del fondo A menos el retorno mensual del fondo E estará entre -0.39% y 0,81% (el cero está dentro del intervalo).

Las conclusiones son las mismas si, para suavizar, consideramos retornos anuales en vez de mensuales.


Evidencia 5: Exceso de retorno por unidad de riesgo

Aun sabiendo que no hay diferencia estadísticamente significativa, es interesante notar que el exceso de retorno por unidad de riesgo asumido por cada multifondo, en el período 2003-2019 (años completos), da como gran ganador al fondo… E. Sin comentarios.



Conclusiones

En la columna anterior se señaló que lo que más interesa al afiliado es conocer es su rentabilidad final. En el mejor caso (persona con aportes ininterrumpidos), la evidencia después de casi 40 años demuestra que las AFP absorbieron a lo menos 1/3 del retorno bruto vía comisiones.

En esta columna, se concluye que considerar solo el retorno bruto de los multifondos es engañoso y puede llevar a conclusiones equivocadas. Es posible demostrar que no existe diferencia estadísticamente significativa entre el retorno promedio mensual del fondo A versus el fondo E, y que la diferencia entre ambos promedios es irrelevante. Aun sabiendo que no hay diferencia significativa, es interesante notar que el fondo E pagó más por unidad de riesgo asumido que el A.

Con todo, lo que importa es el fondo acumulado. A casi 18 años de su implementación, no hay diferencia significativa en el monto acumulado por los distintos multifondos. La variable que recoge tanto el efecto temporal del retorno bruto (efecto sobre la base acumulada), como los flujos de caja relevantes para el afiliado es la Tasa Interna de Retorno, y ésta demuestra que en casi 18 años, el retorno neto, deducido las comisiones, está entre UF+2,53% y UF+2,93% anual. No es tanta la maravilla para el riesgo asumido. Esa es la cruda realidad. Se extraña que el mundo académico no se pronuncie en forma clara y abierta en este tema tan relevante.

Por cierto, no hay que esperar 20 años más para medir el desempeño de los multifondos con “canasta completa”. En realidad, exante no habría que hacer ningún cálculo. En equilibrio, corregido por riesgo es un juego de suma cero. Y es en supuesto de equilibrio donde se diseñan los modelos.  No deja de ser interesante que sea ratificado expost 18 años.

Los defensores del modelo han destacado la rentabilidad como una de las principales fortalezas del sistema de pensiones. Sería el colmo que alguien que quiera volver al sistema de reparto les haga el jaque mate utilizando matemáticas financieras.


Iván Rojas B.