martes, 22 de abril de 2008

¿Gasto fiscal para apuntalar el tipo de cambio?


Ya fue el turno del Central para fortalecer al dólar; ahora es el de Hacienda. Esta es la idea que se comenta por parte de algunos economistas. En concreto, se plantea que un control sobre el gasto fiscal, por ejemplo, invirtiendo afuera sus recursos, permitiría dar una holgura suficiente en la demanda agregada para que el Banco Central pudiera incluso bajar la tasa de interés y por ese lado hacer subir el dólar.

Ya la cadena de pasos A implica B, B implica C y C implica D pudiera ser discutible más allá del papel, ya que el efecto final buscado claramente se “ensucia” con otros factores, tanto o más importantes. Yendo a un extremo, también podríamos decir que el dólar se ve afectado por la cantidad de días hábiles que tiene un mes, si el R2 así lo sugiere.

Pero aún cuando lo anterior sea verdadero, esto es, que la teoría se vea reflejada efectivamente en la práctica, también es discutible si dentro del rol del gasto fiscal figura lo anterior. Una vez determinado el tamaño óptimo del Estado, ¿dónde se obtendría una mayor rentabilidad social de una inversión, dentro o fuera del país? La respuesta es casi para un test de un primer curso de economía.

No hay que ponerse nerviosos por el dólar. Solito va a buscar su equilibrio. Más allá de analizar su valor en función de cuantas divisas entran versus cuantas divisas salen -útil sólo en el corto plazo- lo que importa es su variable real, la que debería seguir revaluándose con respecto al mundo desarrollado y devaluarse con respecto al mundo emergente. Efecto final algo incierto, aunque dada la ligación que existe entre Chile y los países del primer grupo, uno tendería a pensar que finalmente el peso se siga revaluando.

La contabilidad influye hasta cierto grado en los estados financieros de una compañía, lo que vale son los fundamentos.

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