viernes, 19 de diciembre de 2008

El cuarto poder


En los últimos días vemos como algunas noticias acaparan importantes portadas en todos los medios. Así, por ejemplo, el repudiable zapatazo al presidente de Estados Unidos ha derivado en videojuegos, humor callejero, canciones y ofrecimientos de compra del calzado por varios millones de dólares. En un poco tiempo más probablemente veamos al Sr. al-Zaidi como invitado especial a un programa de televisión o los zapatos en el Louvre.

Parece que lo relevante se deja en un segundo plano o se minimiza, a tal punto que importantes diarios del mundo casi dejan entrever que son “sólo dos zapatos”. ¿Qué habría pasado si lo mismo hubiera ocurrido en un acto de Obama, Zarkozy o Medvedev?

Por otra parte, pareciera que el mayor fraude de la historia por USD 50.000 millones (hecho en unos 15 años, ¿3.300 millones promedio al año?) pone en jaque al “sistema”, a juzgar por los titulares. Mucho más grande fue, relativamente hablando, el “Davilazo” ocurrido en Codelco el año 1994 o el déficit acumulado de nuestro criollo Transantiago. También observamos que la crisis que hoy enfrentan los tres grandes de Detroit, explicadas por factores exógenos y endógenos, parece un capítulo más del Apocalipsis, cuando no se destaca que las ventas del sector automotriz en Estados Unidos (las ventas, no el valor agregado de ellas) equivalen a menos del 3% del PIB o que los empleos directos e indirectos representan un 0,2% y 0,7% de los ocupados totales del país, respectivamente. Más grave en términos relativos sería lo que está pasando en Chile con el tema del salmón. En un país con más de 140 millones de autos livianos (465 autos por cada 1.000 habitantes), parece del todo razonable que la gente postergue por unos meses la decisión de renovar su auto que tiene pocos años de uso, sobretodo si ve que las empresas relacionadas tienen problemas financieros.

Todo esto no es gratis. Haga la prueba y pregúntele a diez amigos cómo visualiza el próximo año. La mayoría -por no decir todos- responderá que ve un negro panorama. En fin, parece que todavía se respira mucho pánico en el ambiente. Las buenas noticias están, y son potentes: política monetaria expansiva en los principales países del mundo y precios de la energía bajando. Eso por sí solo equivale a varios salvatajes juntos, con la diferencia que es una inyección directo a la vena, ¡el bolsillo de la gente! El cuarto poder debería tomar nota de ello.

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